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Reflejos desparejos

La televisión e internet han colaborado con una oda a la imagen corporal en el deporte (principalmente); quien ha sabido crear estereotipos corporales inalcanzables y binarios, que fueron espejo para deportistas en todos los niveles. ¿Cómo puede afectar una mala propiocepción del cuerpo?

Por Sol D’Amato

Si bien existen campañas públicas mundiales que van en contra de ello, todavía se encuentran estereotipos corporales en el ambiente deportivo, uno de los espacios más excluyentes y exclusivos que presenta la cultura mundial. Desde los griegos y su Olimpo, desde la creación de los Juegos y la búsqueda del cuerpo atlético, el deporte ha sabido diferenciarse del resto de las actividades, por contar con cuerpos diferentes. Pero los estereotipos y preconceptos no son solamente con los cuerpos, sino que también existen en las tareas, profesiones, colores, vestimenta y otras atribuciones establecidas para mujeres y para varones.

Los cuerpos femeninos estilizados se pueden apreciar en deportes como la gimnasia, el hockey o el vóley. Un cuerpo musculoso se lo relaciona directamente con un varón, que presenta en él la imagen de fortaleza y masculinidad. Este tipo de imágenes se reproducen en los juegos de la infancia, en los juguetes que se consiguen para unos y otras, en los deportes que se enseñan en las escuelas, en la división de las clases y también en los medios de comunicación.

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Casos súper conocidos como el de Jennifer Dalhgren, la atleta lanzadora de martillo que se ha mostrado en varias campañas contra la discriminación corporal, sufrida en carne propia durante toda su vida, es solo un ejemplo del daño que produce en deportistas la comparación corporal.

Dalhgren luciendo su vestido realizado por Santiago Artemis, en la gala del G20 (Instagram personal)

Pero los y las deportistas no se vinculan solamente con los medios de comunicación a la hora de hacer deporte: en sus carreras están presentes entrenadores/as principalmente, pero también, en muchos casos, entran en juego psicólogas/os y nutricionistas que acompañan y apuntalan los proyectos en muchísimos ambientes deportivos.

«Las comparaciones en general no son buenas, mucho menos las corporales, ya que hay que entender que cada deportista es un sujeto en particular, y en función de eso trabajar para potenciar su confianza, su actitud, su capacidad de visualizarse concretando metas deportivas. Las generalizaciones en cuanto a lo estético (muy alto, muy flaco) para determinado deporte terminan perjudicando la actitud para desempeñarse en el mismo, muchas veces generando condicionamientos», cuenta Victoria Funes, psicóloga deportiva.

«Separar el peso corporal con el estado físico de la persona permite entender que el peso es una medida absoluta que no diferencia masa adiposa de masa muscular. Es muy importante, además, considerar que en muchos casos se aspira a llegar a pesos en los cuales la masa muscular es escasa en función del esqueleto, la cual es necesaria para mover la estructura y hay que ser claros al explicar que esto condiciona la salud de la persona si quiere bajar de peso sacrificando masa muscular», comentó Mailén Pellegrino, nutricionista deportóloga y ex jugadora de básquet.

En encuestas realizadas a deportistas, el 83,8% considera que el factor estético no debería influir en el rendimiento deportivo. A la hora de justificar esta negativa, la mayoría apunta a que la estética no interfiere en la técnica, que lo que sí lo hace es el entrenamiento y la dedicación que se le pone al aprendizaje. Entre los que respondieron que sí influye, estos dicen que puede afectar a niveles metabólicos o de rendimiento a futuro.

Encuesta realizada en deportistas de 10 años en adelante – Sol D’Amato – Argentina 2021

«Actualmente no se usa el somatotipo (composición corporal en base al predominio de masa muscular, longitud o masa adiposa) para evaluar la composición corporal del atleta, si la antropometría, ya que es mejor compararla con las referencias de composición corporal de cada deporte, y cada posición en el campo de juego, si es un deporte en equipo. De esta manera se puede trabajar en adaptar la masa muscular y la masa adiposa para optimizar el rendimiento. Esto puede llegar a hacer una diferencia en rendimiento comparado con otros atletas que no estén en su condición física ‘ideal para ese deporte’», destacó Pellegrino.

«En algunos deportes particulares, tener un porcentaje graso y muscular bajo puede colaborar con el rendimiento en velocidad: es bastante la diferencia en rendimiento, siempre hablando de época de competencia deportiva. Sin embargo, si hablamos de ‘gordura estética’ es también mucha la percepción subjetiva del/la atleta en función a cómo se ve. Puede tener un porcentaje de masa adiposa adecuado, tener un buen rendimiento deportivo y que el espejo no le devuelva la imagen que quisiera tener, por eso es importante la educación constante y prestar atención en estos casos particulares», remarcó la nutricionista.

Retomando el caso de la lanzadora de martillo, tiempo atrás había comentado en un programa de televisión que, luego de probar con el fútbol y que por el hecho de ser mujer tenía miedo de no ser tenida en cuenta, apostó al atletismo para correrse de la burla: «Me aferré mucho al martillo porque en el colegio me torturaban mucho, me hacían bullying y el deporte me salvó. Siento que falta mucho trabajo en nuestra sociedad para avanzar con la aceptación de la gordura y lo diferente. Me llevó mucho tiempo sanar la relación con mi cuerpo. Más allá de los medios que dan mensajes gordofóbicos, hay gente que consume ese tipo de mensajes y eso también es para analizar».  Los peores años sin duda han sido los de la infancia: «En la adolescencia me sentía fuera porque la sociedad hacía que no encajara, desde no encontrar talles de ropa para mí hasta el maltrato por ser diferente», remató Dahlgren.

«La imagen corporal se construye la infancia, en el momento en que cada niño/a comienza a advertir los movimientos de su cuerpo y su interacción con el entorno. Esto permitirá poder internalizar su funcionalidad y desarrollar los movimientos. La imagen corporal es la manera en la que se ve y se imagina a sí mismo una persona», argumentó Funes. «La imagen corporal está muy influenciada por los patrones de perfección impuestos desde lo social (publicidades, redes sociales, figuras públicas). Las comparaciones son dañinas, en cuanto que es muy difícil hacerlo sobre la base de exactamente las mismas variables», sumó Gabriela Matlega, psicóloga especializada en infancia.

Además de la gordofobia o la comparación estética, existen estereotipos de género, que remiten a la segregación de los deportes por género y, sobre todo, a la exclusión de la mujer en el deporte. Existen movimientos que intentan derribar esta barrera genérica hacia las mujeres, como el de #LasMujeresNosMovemos, de España, que intenta interpelar con un espacio de esparcimiento deportivo y de actividad física a las mujeres de la región.

Paul Childs – Reuters

Los estereotipos corporales como tales también dejan afuera a las disidencias, ya que no encajan en una categoría binaria. Con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, aparecen noticias vinculadas a estas situaciones. El caso de Laurel Hubbard, la pesista transgénero neozelandesa que clasificó a Tokio despertó la curiosidad de propios y ajenos respecto a las clasificaciones binarias en los deportes.

Que Mara Gómez pueda jugar en la Liga Femenina de fútbol era algo impensado hasta hace no mucho tiempo. Pero, aunque desde el 2004 el COI permitió la participación de deportistas transgénero en las federaciones, aún hoy se hacen dopajes hormonales que determinan el nivel de “masculinidad o femeneidad” en los cuerpos deportistas, lo que genera que las personas transgéneros tengan que someterse a procedimientos estigmatizantes y hasta indignos. Y ni que hablar de la exposición a las críticas y el rechazo social.

Foto Telam

«Una mala concepción de la imagen corporal afecta directamente a su autoestima, confianza, motivación y autoconocimiento. La evaluación clínica de los deportistas a nivel psicológica es fundamental para descartar trastornos del estado de ánimo (depresión y/o ansiedad) y trastornos de personalidad, que influirían es su desarrollo deportivo», concluyó Matlega.

El deporte en su concepción empírica siempre ha alabado a los cuerpos musculosos, adjuntándoles hombría, fuerza, velocidad, capacidad y resistencia; estandartes fundamentales para ser de la elite olímpica. Con el correr de los años, el acceso a la actividad deportiva se diversificó. Esto hizo aparecer un sinfín de cuerpos que se corrieron de la norma, rompiendo récords y barreras, venciendo estereotipos corporales perfectos y demostrando con números y rendimiento, que lo importante no es lo que se ve, sino lo que se puede hacer. Será momento de reivindicar el esfuerzo, sin apostar a la comparación corporal como único modo de defender al talento.

Las profesionales que colaboraron con esta entrevista son: Mailén Pellegrino, nutricionista deportóloga y ex jugadora de básquet. Victoria Funes, psicóloga deportóloga, trabajó para diversos deportistas de alto rendimiento. Gabriela Matlega, psicóloga especializada en infancia.

Foto destacada: Archivo

Sol D'Amato

Periodista Deportiva, profesora de Educación Física y fotógrafa. Redactora de AAD, a cargo del área de género. Cubro, además, básquet, waterpolo, sóftbol y béisbol. También soy productora en TNT Sports.

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