Derrota Puma en Nueva Zelanda
Los All Blacks impusieron su poderío en el segundo tiempo y se llevaron el partido 57-22.
Los Pumas tuvieron cincuenta minutos de un nivel altísimo, atacaron cada vez que consiguieron la pelota, pusieron siempre el juego adelante, defendieron con justeza y escasos errores. Enfrentaron al mejor equipo del mundo, quizás el más grande de la historia, y sólo por eso cuando quedaba media hora perdían por dos puntos. El final fue un desborde de talento neozelandés. Con intensidad, simpleza y destrezas individuales anotaron treinta y tres puntos para cerrar el resultado en 57 a 22. Desde 2009 los All Blacks no pierden en Nueva Zelanda, ganaron todos los partidos de los últimos dos mundiales y en los test matches que disputaron en los últimos cinco años cayeron sólo tres veces.
Las virtudes del equipo argentino fueron numerosas. Desde ese temprano try de Cordero tras una jugada de las que nos están acostumbrando a ver: juego con las manos, pases en el contacto, apoyo constante, búsqueda del ataque cada vez que recuperan la pelota. Parecen haber decidido hace un tiempo tomar el libreto de los All Blacks. Ese el camino, ese es el espejo. Los recursos no son los mismos, está claro, pero van hacia ahí sin temores y en Hamilton jugaron tanto como pudieron en la casa de los mejores de todos (hay que repetirlo tanto como haga falta, no es posible analizar el juego puma sin tener en cuenta la categoría del oponente). El capitán Agustín Creevy fue claro tras la derrota: “La actitud y el poderío físico que ellos ponen en el segundo tiempo nosotros no lo podemos aguantar”.
El primer error de Los Pumas, una salida de veintidós metros que le taparon a Juan Martín Hernández, terminó en try de Julian Savea que otra vez fue una pesadilla de potencia y desequilibrio. El equipo argentino siguió atacando y desde el pie de Nicolás Sánchez se mantuvo en partido. También tuvo algunas oportunidades que no logró capitalizar como una pelota perdida por Nahuel Tetaz Chaparro cuando corría al ingoal local. Destacadas actuaciones del pack completo, Landajo, Sánchez y Moroni, dentro de un rendimiento colectivo altísimo. Parece raro, además de vano por incomprobable, decir esto tras una derrota por 35 puntos pero digámoslo igual: si el rival era cualquier otro, hoy Los Pumas hubieran ganado. Nadie más allá de los All Blacks puede sostener ochenta minutos de este nivel e intensidad.
Las salidas fueron un punto flojo, hay que trabajar también en la obtención porque si bien el scrum está algo más sólido y en el line se obtuvieron todas las pelotas propias, todavía no dan las garantías que el equipo necesita para jugar con pelotas de calidad que impulsen el juego punzante y agresivo que practican estos Pumas. Hay que apuntar a jugar como hoy contra el resto de los equipos, ganarle a los All Blacks en este nivel parece imposible para cualquiera. En siete días tienen una buena oportunidad en Perth, frente a una Australia que mejoró después de dos derrotas contra los de negro en las primeras fechas y le ganó 23-17 a Sudáfrica un partido que a los veinte minutos estaba perdiendo 14-3.