Tradición y pertenencia vs masividad: la búsqueda de la pelota paleta por mantener su vigencia 

Lejos de la masividad de deportes de conjunto como el fútbol, básquet, rugby, hockey e incluso algunos individuales pero con poder de tracción como el tenis, el deporte de pelota paleta se apalanca en la tradición para mantener su vigencia acechado desde hace años por la falta de nuevas camadas de pelotaris. 

Esta es una realidad y también un desafío muy actual de los clubes. Sin embargo, lejos de ser una actividad “en vías de extinción”, la constante apelación a sus raíces y un sentido de pertenencia muy arraigado por parte de quienes lo practican genera una situación que podría describirse así: aún sin masividad, el deporte goza de buena salud; acaso como un deporte de culto.

El caso de GEBA es paradigmático porque reúne todas las características descritas: épocas de oro en la que los pelotaris se contaban literalmente de a cientos, además de algunos hitos clave. 

Por empezar, el hecho de contar con quien fue el mejor jugador nacional de la historia e incluso uno de los más destacados a nivel mundial: el legendario Aaron “Quique” Sehter, toda una gloria y socio honorario de GEBA. El 13 veces campeón del mundo es hoy, a sus 90 años, una leyenda viva que todavía frecuenta el club, y una inspiración para quienes se acercan a saludarlo y a charlar con él, sean socios o de clubes rivales. 

También como confirmación de aquellos buenos tiempos, GEBA conserva un récord a nivel nacional: es el único club en el país que cuenta con cinco trinquetes (canchas de pelota): dos en la sede Newbery y tres en la sede Aldao. Con un ingrediente más: es el único en el mundo que tiene un trinquete ubicado en un 10° piso, como sucede con uno de las de Aldao, que si bien no tiene medidas oficiales para torneos sigue siendo utilizado para entrenamiento y durante la pandemia fue clave por estar al aire libre. 

La merma de jugadores afectó a grandes clubes multideportivos como GEBA y otros tradicionales como Moreno, Ciudad de Buenos Aires, Ferro Carril Oeste, CUBA y Comunicaciones. Pero también lo hizo con clubes más pequeños dedicados exclusivamente a la pelota paleta, un fenómeno habitual en varias provincias argentinas, muchas veces con una cancha y un bar en el frente como toda infraestructura. 

 “Si bien hubo un corte generacional en el que se perdieron un par de camadas de jugadores, hoy el deporte está reviviendo. En GEBA tenemos 32 jugadores representativos en 6 categorías, y más de 60 que lo hacen de manera social. También contamos con escuela de iniciación y de adultos, y apostamos fuerte al crecimiento”, cuenta Ignacio Peláez, presidente de la sub-comisión de pelota paleta e integrante de la pareja que juega en Primera a nivel metropolitano. 

Nacho es un claro ejemplo del legado que genera el deporte: lleva 42 años practicándolo en el club, heredado de su padre y tras haberlo hecho junto con su hermano durante mucho tiempo, y diariamente le pone cuerpo y cabeza para potenciar su alcance y seguidores. 

Para eso, busca divulgar las características que hacen de la pelota paleta un deporte más que amigable para iniciarse en la práctica deportiva o como complemento de otros. 

En principio su capacidad para realizarse con cualquier clima y en todas las épocas del año, por ser bajo techo. Es relativamente fácil conseguir tres personas más para jugar. Y tiene, como parte de su identidad, una bajada muy clara en relación al respeto hacia el rival y al compañero, tanto dentro como fuera del trinquete.

Como curiosidad y al mismo tiempo otro de los motivos que lo ubican como deporte amistoso, en pelota paleta el dicho popular “te juego con la izquierda”, en alusión al hecho de emparejar las acciones contra alguien de menor nivel, es una práctica habitual conocida como “jugar con ventaja”. 

Hoy, como parte de un amplio acuerdo tácito, tanto los clubes grandes como los más chicos luchan para mantener vivas las tradiciones del deporte, al combinar los beneficios inherentes a su práctica con un profundo sentido de herencia cultural y de inclusión social.

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