San Pablo 1963: el mejor negocio panamericano

Producto de la poca infraestructura necesaria para llevar a cabo el evento y la masiva cantidad de público brasileño interesado, la cuarta edición de los Juegos Panamericanos generaron el primer gran ingreso para un Comité Olímpico Nacional. El dominio estadounidense continuó en las tierras cariocas mientras que Argentina por primera vez no estuvo en el podio del medallero.
Por Fernando Torok
Con el correr de los años en el siglo pasado, el número de metrópolis fueron aumentando a lo largo de Sudamérica. La más importante en esta parte del continente fue San Pablo, la más destacada de Brasil con la mayor cantidad de habitantes. Desde el punto de vista del negocio, los Juegos Panamericanos de 1963 en dicha ciudad cerraron: gran atracción por parte del público para incrementar el desarrollo del multi-evento deportivo y, por ende, gran fuente de ingreso económico. Así los brasileños vencieron a Winnipeg por 18 votos contra 5 en lo que fue la primera elección llevada a cabo para elegir una sede para un juego.
Los mismos se llevaron a cabo del 20 de abril al 5 de mayo con la presencia de 22 países que compitieron entre 19 deportes. Sin embargo, hubo un dato saliente: aquí compitieron tan solo 1665 atletas, registrándose así la menor cantidad de participantes en un juego de esta índole. En cuanto al Programa Panamericano la novedad pasó por el judo, la única disciplina nueva en relación a Chicago 1959.
Para el desarrollo de los mismos se construyó tan solo una Villa Panamericana, que hoy es la ciudad deportiva de la Universidad de San Pablo. Producto de esta poca inversión, hubo un superávit para el Comité Olímpico Brasileño. La ceremonia inicial se llevó a cabo desde Brasilia hasta el Estadio Pacaembú, donde se llevaron a cabo el fútbol y el atletismo.
Al igual que en las dos ediciones anteriores, Estados Unidos fue la gran fuerza dominante y lideró el medallero con 199 preseas, siendo 106 de ellas de oro, 56 de plata y 37 de bronce. El local aprovechó su condición y lo siguió con 52 (14 oros, 20 plateadas y 18 de bronce). El podio lo completó la delegación canadiense con 64, pero con 11 oros lo que lo dejó en el tercer puesto.
En cuanto a Argentina, fue la primera vez que no terminó entre los mejores tres países ya que se ubicó en la cuarta posición. Los representantes nacionales sumaron 39 preseas, siendo 8 de ellas doradas, 15 plateadas y las restantes de bronce.
Entre las participaciones argentinas se destacó la de la gimnasia femenina, que realizó su primera presencia panamericana. Las integrantes del elenco que terminó séptimo fueron Nilda Martínez, Haydée Heimwec y Margarita Zaert. Por el lado de los podios, las medallas de oro llegaron en los deportes individuales destacándose el triunfo de Jorge Saucedo en el florete de la esgrima y la victoria de Osvaldo Martínez en los 5000mts del atletismo. Además el oriundo de Wilde sumó una medalla de plata en los 10000mts.
En cuanto al fútbol masculino, Argentina no pudo sentarse en el trono por cuarta vez consecutiva. En el formato de todos contra todos, la Albiceleste debutó con un contundente 8-1 sobre Estados Unidos, igualó sin goles ante Chile y superó a Uruguay por 1-0. De esta manera, debió sí o sí vencer a Brasil para ser campeón pero terminó igualando 2-2 y se quedó con el segundo puesto mientras la Verdeamarelha sumó su primer oro en esta disciplina.
El certamen contó con las presencias destacadas de Jesse Owens, Ralph Boston y María Esther Bueno, entre otros atletas. Sin embargo, el único récord mundial lo estableció José Antonio Flores, competidor por parte de Antillas Holandesas. En el levantamiento de pesas de hasta 90kg, Flores llegó a cumplir con la marca de 162,5kg. A pesar de esto, no se pudo quedar con la medalla de oro ya que por aquel entonces ganaba quien sumaba más kg entre los tres intentos y el puesto más alto del podio fue para el estadounidense Bill March.