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Vóley

¡Carácter dorado!

Argentina venció en el clásico a Brasil por 25-23, 18-25, 19-25, 25-23 y 13-8 para volver a ser medalla de oro en un Juego Panamericano tras 20 años. El equipo dio una verdadera muestra de carácter para alzarse con la gloria ya que estuvo dos sets por detrás y casi muerto en el cuarto. Pero apareció la garra argentina para remontar y posicionarse nuevamente en el puesto más alto del podio.

Épico. Esa es la palabra que describe el triunfo de Argentina sobre Brasil para ser campeón panamericano en Toronto. Fue un clásico plagado de todo tipo de emociones, pero que terminó con la alegría máxima nacional.

Argentina salió inspirada a la cancha. El equipo de Velasco se mostró muy confiado en lo que hizo y dictó el juego desde sus ataques para llegar 8-3 al primer tiempo técnico. Si bien la Verdeamarelha llegó a responder a través de los ataques de Renan, la Albiceleste logró mantener la ventaja gracias a su buen trabajo en la recepción y la contundencia de Facu Conte. Luego de no poderlo cerrar el set en tres ocasiones, este último apareció para asegurarlo 25-23.

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El segundo parcial tuvo inicio favorable a Brasil por los remates de Renan y Murillo. Sin embargo, Argentina siguió fuerte en la recepción, los remates y complementó con bloqueos para lograr el 8-7. El juego continuó con rachas para ambos elencos, aunque los vestidos por amarillo fueron mejores y alcanzaron el segundo tiempo técnico arriba 16-15. Desde allí los hombres de Leonaldo fueron superiores y lograron el empate con un 25-18.

En el comienzo del tercero Brasil aprovechó el envión de igualar para ponerse arriba. Gracias a la contundencia de todo el equipo, principalmente la de Douglas, logró llegar al primer tiempo técnico arriba 8-6 y luego alcanzar el segundo 16-9. Si bien los chicos argentinos no desistieron de su entrega y levantaron el nival, los rivales estuvieron arrolladores para imponerse 25-19.

En el cuarto todo parecía definido. Brasil estaba en gran forma y llegaba al segundo tiempo técnico arribó 16-12. Sin embargo, otra vez cuando todo parecía perdido, este equipo volvió a dar una verdadera prueba de carácter. El elenco de Velasco volvió a la fuente, fue inteligente y contó con el ingreso de un gigante de Zornetta. El jugador entró con la cabeza fría, alentó, ordenó y empezó a armar para devolverles la confianza a través de los remates. Los brasileños pasaron del éxtasis a la agonía ante un rival que se lo iba a terminar comiendo. Primero un ace de Ramos y después un bloqueo permitieron el 25-23 para ir a tiebreak.

El desempate no fue apto para cardíacos, aunque Argentina lo dominó ampliamente. Potenciado por el impulso anímico, los chicos nacionales fueron letales cada vez que tuvieron la chance de sumar. Zornetta, De Cecco y Conte, en el orden que se desee leer, fueron los principales responsables de clavarle punto a punto un puñal a los rivales. La máxima emoción llegó tras un error que desembocó en el 15-8 final.

Al instante del triunfo, los jugadores se enfundaron en un abrazo emocionante. Al ritmo de los tradicionales cánticos ‘dale campeón, dale campeón’ y ‘soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar’, el plantel mostró su alegría. “No sé como hicimos todo esto. Es mucho más lindo ganar así” comentó Luciano De Cecco a TyC Sports tras el triunfo. Por otro lado, al mismo medio, Zornetta agregó que este título panamericano “es la gloria máxima. Somos dos equipos que nos matamos para estar acá”.

Así como 20 años habían pasado de aquella final en Mar del Plata, dos décadas pasaron para que el equipo argentino masculino vuelva a estar en lo más alto del podio. ¡Salud campeones eternos!

 

 

 

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