Canotaje

Proyecto a futuro

Argentina Amateur tuvo el agrado de hablar de manera distendida con Sebastián Rossi. El palista de 23 años y oriundo de Vicente López contó sus preparativos, cómo se entrena y qué le depara el canotaje de slalom para su futuro.

Por Matías Montoya y Micaela Piserchia

Pocos saben lo que significa ser un deportista de elite. En tiempo no muy pasado, el atleta no se dedicaba full time a su disciplina; afortunadamente, hoy es posible hablar de un rendimiento en el canotaje muy superior a épocas anteriores. Por aquellos años, los palistas remaban, un poco contra la corriente para tratar de llegar a ser alguien, y en otros momentos para, al menos, ser vistos con buenos ojos.

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Sin embargo, la familia Rossi es un claro ejemplo de remar contra las adversidades. Todos disfrutan del canotaje y tanto Lucas como Sebastián en la modalidad de slalom, representan a Argentina de una manera magistral. Tal es así, que juntos tienen una medalla de bronce panamericana, de hace unos meses, en Toronto (en el C2).

Para Sebastián, los autocontroles son fundamentales previa al día de competencia. “Si bien no me cuido excesivamente, lo que hago es un trabajo de rutina normal. Me acuesto a horarios acordes a lo que mi cuerpo necesita descansar y trato de no estresarme demasiado. La alimentación es equilibrada pero tampoco al extremo”, enfatiza Sebastián para iniciar una charla que tocó todos los temas.

¿Cómo es un entrenamiento tuyo? ¿Sos exigente?

Me lleva por dia de cuatro a cinco horas. Dependen las sesiones. Por lo general, hacemos una a la mañana y otra a la tarde. Dentro del agua remando y afuera de ella con trotes o ejercicios. Mucho gimnasio y mucho aeróbico, y eso lo trasmitimos a la canoa. Sí, un poco lo soy. Pero durante la carrera trato de trabajar lo mental y no tanto lo físico. El sprint de salida es fundamental y estudiar el terreno durante la remada de posicionamiento también es importante porque controlas si hay mucho viento o mucha correntada. Las turbulencias te pueden cambiar la estrategia. También sumo a un psicólogo en donde canalizo las cosas positivas para así evitar las presiones.

¿En qué momento te encuentra el canotaje? ¿Qué objetivos tenés a futuro?

Me encuentro en la etapa de trabajo. Me falta un poco. El tema es que estamos con un bote que no es lo que quiero y seguramente cuando volvamos a Buenos Aires lo cambiemos. Mis objetivos son saltear los Juegos Olímpicos de Rio y trabajar duro para llegar a Tokio 2020 de la mejor manera. No es que no quiera estar en los próximos Juegos, sino que necesito trabajar mucho más, además me juega a favor mi edad, tengo apenas 23 y los mejores del mundo tienen entre 28 y 32 años, por lo que creo que esa es la edad ideal para alcanzar el mayor nivel.

Si bien el deporte que practica se puede realizar en cualquier parte del undo, Sebastián prioriza Buenos Aires. Sus más allegados son la raíz y el motor de su lucha por llegar a ser un gran deportista (ojo, ya lo es). Por eso, a la hora de hablar de escalones, Sebastián analiza las pocas competencias que hay en nuestro país y espera poder crecer en ese aspecto para tener otros parámetros a nivel internacional: “Necesitamos más torneos, como Nacionales o Sudamericanos. Eso nos daría más espíritu competitivo y fuerzas para superar etapas que es muy importante. Por ejemplo, los Nacionales nos darían la posibilidad de afianzar nuestro deporte en el mundo”.

Un punto a favor para Sebastián es su familia. Lucas lo ayuda mucho y su padre Adrián los guía. “Mi entrenador (su papá) es muy importante, pero por momentos me cuesta separar los roles. Pero nos llevamos muy bien y es mejor hacerlo en familia que separados. Comparto mucho con mi hermano y mi papá cuando estamos fuera del país, y eso no lo cambio por nada”, comenta con entusiasmo Sebastián.

Su próximo objetivo es una competencia en Neuquén a fin de noviembre. Después irá a entrenar a Pau, en Francia, donde su campo es uno de los mejores para practicar la disciplina. Su futuro, en el que mezcla la carrera de Administración de empresas y la de palista, depende sólo de él. Lo bueno es que sabe que tiene potencial y lo demuestra en cada torneo que disputa y representa con orgullo los colores nacionales. 

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