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Taekwondo

“Me van a salvar la cabeza y el corazón”

Sebastián Crismanich, campeón olímpico en Londres 2012, se encuentra en la última fase de recuperación de su fractura en la tibia. En diálogo con Argentina Amateur, palpita su única chance para revalidar su corona olímpica, el Preolímpico de México: “Es a todo o nada”.

Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)

La noticia sacudió, golpeó y dolió a propios y a ajenos. A casi siete meses de ver a Sebastián Crismanich con su tibia derecha fracturada en el Open de Aguascalientes (México) -circunstancia que lo hacía perderse el Mundial de Chelyabinsk y también los Juegos Panamericanos de Toronto- en el corazón del taekwondista ya no hay lugar para el dolor, sino para la esperanza. A falta de menos de un año para los Juegos Olímpicos, el correntino tendrá una bala de plata para clasificar en el Preolímpico de México, que se desarrollará en marzo próximo. En charla con Argentina Amateur, en la cual mezcló algunos recuerdos tristes con pensamientos alentadores, Seba dio detalles acerca de su presente, analizó lo que pudo apreciar del deporte en 2015 y también contó cómo se prepara para volver recargadísimo en 2016.

¿En qué momento estás de tu recuperación?
Si tuviera que traducirlo a un porcentaje, sería del 90%. Es una etapa en la que venía muy ilusionado con llegar hasta acá, sé que tengo un poco más de camino por recorrer. Estoy muy contento y satisfecho con lo que fue la recuperación y rehabilitación, como así también la preparación física y técnica que se realizó. Ambas estuvieron muy bien vinculadas entre sí como para que llegue a este momento de la lesión y la cirugía transitando un buen momento. Ya realizo entrenamiento de alto rendimiento y empecé a combatir con mis compañeros, lo que me da confianza para pensar en los enfrentamientos que voy a tener en el año entrante.

Este 10% que te falta es…
Tiempo. Tiempo para seguir entrenando y terminar el proceso que vengo realizando. Hay que ser muy detallista, muy fino; va todo muy bien. Vivimos el día a día porque es una lesión muy grave, con el tiempo aparecen distintos percances que vamos limando con la experiencia y el tiempo que transcurra.

¿Acusás dolor todavía?
Hoy día sí, después de entrenar sí y algunas veces antes de entrenar también. Incluso durante el  entrenamiento, pasa que sé que el dolor lo puedo manejar psicológicamente. Quiero recuperar algunos grupos musculares que son pequeños, porque me están dando la poca inestabilidad que tengo para estar del todo bien.

¿Cómo fue tu 2015?
Realmente fue bastante duro desde lo emocional, teníamos dos campeonatos muy importantes para mi carrera, para mi persona, para mi Currículum… Algo que yo esperaba nuevamente era estar en un Mundial para conseguir la única medalla que me falta de toda mi carrera. He conseguido todo lo habido y por haber y poder revalidar mi título en Toronto, donde me consagré hace cuatro años, y perderme los torneos habiendo clasificado para ellos fue muy duro para mí. De todos modos nunca bajé los brazos al día de la siguiente de la lesión, pensaba en que tenía chances de estar en Río y es lo que me mantenía y mantiene vivo. Esa ilusión, esa chispa es la que tengo para seguir adelante y así conseguir mi gran sueño.

¿Observaste tus posibles rivales de Río? ¿Cambiaron las cosas con respecto al proceso de 2011-2012?
Sí de hecho el taekwondo ha cambiado muchísimo desde Londres hasta acá: sistemas diferentes de competencia y de táctica, el reglamento al cambiar, hace que sea otro el biotipo de los atletas, cambia la manera de pelear y los peleadores. No es algo nuevo para mí, pero sí se ha cambiado muchísimo y uno tiene que adaptarse a eso. La mayoría de los equipos han renovado sus peleadores; en el caso de Argentina aparecen nuevas figuras pero en mi categoría sigo siendo yo, eso quiere decir que me tengo que adaptar a los cambios. Lo vengo haciendo bien, pero las lesiones me dejaron muy al margen las competencias de este año.

¿Cómo te venís preparando para México, a sabiendas de que es un a todo o nada?
Justamente eso, es a todo o nada. Tengo que llegar con la cabeza muy firme porque es lo que me va a sostener si físicamente no ajusto y logro suplir esos detalles que te contaba anteriormente. Lo único que me van a salvar son la cabeza y el corazón, así que donde no puedo entrenar lo físico, entreno la cabeza y el espíritu para llegar de la mejor manera posible.

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