
Manu Ginóbili decidió anunciar su retiro. El jugador le puso fin a su carrera a los 41 años, luego de pasar 23 temporadas ligado a la actividad profesional.
El 27 de agosto deberá ser considerado el día del básquetbol argentino. En esta fecha, pero en 2004, la Generación Dorada dio uno de los batacazos más grandes en la historia de los Juegos Olímpicos, al vencer a Estados Unidos por 89-81. Aquella fue la primera vez en la que el Dream Team se quedó sin la medalla dorada con un plantel netamente integrado por jugadores de la NBA. En aquella tarde-noche, en Atenas, Manu Ginóbili lideró el camino con 29 puntos para el triunfo más importante de la historia del país en el deporte.
Como si hubiese estado digitado, catorce años más tarde, la gran figura de aquel triunfo sobre el país norteamericano decide decir adiós. Emanuel David Ginóbili anunció a través de su cuenta de la red social de Twitter su retiro:
Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño. GRACIAS! pic.twitter.com/FtFqpTwFRq
— Manu Ginobili (@manuginobili) August 27, 2018
Más allá de los números, la estadística, los títulos conseguidos, y los logros personales, lo más importante que logró Manu a lo largo de su carrera fue su legado. A partir de su carácter extremadamente competitivo, y un deseo ganador incomparable, fue impulsando el avance del básquetbol tanto argentino como mundial. Fue un ejemplo para grandes estrellas de la NBA, como Kevin Durant, Stephen Curry, Gordon Hayward y Evan Fournier, entre tantos otros.
Siempre fue un gran competidor, lo demostró en la cancha y se ganó el respeto de todos. Así, con su forma de ser tanto dentro como fuera de la cancha, y junto a figuras como Tim Duncan, Tony Parker y Gregg Popovich, hizo que San Antonio forje una identidad en la liga. Un estilo centrado, lejano a la fanfarronería, y más cercano a lo colectivo, al trabajo en equipo y al dar todo como lo debe hacer el compañero. Eso, con una mezcla de éxitos y fracasos, hizo que El Big Three de los Spurs supere en números a los históricos tridentes de los Celtics y Lakers, logrando ser el más ganador.
A la hora de representar a la Albiceleste, fue actor principal de los dos triunfos a Estados Unidos, clave en la victoria a Italia para asegurar el oro en Atenas 2004, y autor del inolvidable tiro ganador a Serbia, para cobrar un poco de venganza después de la polémica derrota ante Yugoslavia en la final del 2002. Además, abanderado y medallista de bronce en Beijing 2008, como también representante olímpico en Londres 2012 y Río 2016. A la par, subcampeón del mundo en Indianapolis 2002 y cuarto puesto en China 2006, mientras que las lesiones lo mantuvieron alejado de las competencias en Turquía 2010 y España 2014.
El repaso de la carrera del mejor basquetbolista de la historia argentina deberá ser, y será, más completo. Por lo pronto, es importante darle las gracias al jugador que no sólo marcó una era en el planeta, sino también por hacernos soñar como niños, gozar y festejar como adolescentes, y fantasear siendo adultos. ¡Eternas gracias Manu Ginóbili!