Mamá vs deportista de alto rendimiento: ¿imposible ser una sola?
Un tema siempre controversial, más allá de la igualdad de género, es la maternidad en el alto rendimiento deportivo. Las sociedades aún ubican a la mujer en la casa en el rol de madre y, aunque hoy existen muchísimas excepciones, falta mucho camino por andar.
Por Sabrina Ameghino y Micaela Piserchia
(@sabriameghino y @micapiserchia)
En todo el mundo hay madres que destacan a nivel mundial y olímpico: esas mujeres trascienden el concepto de resilencia, convirtiéndose en ejemplos de compromiso, esfuerzo, persistencia y disciplina. Son mamás entrenadas para todo, o mejor dicho, mamis todo terreno.
Argentina Amateur Deporte conversó con referentes del alto rendimiento actual y otras ya retiradas de las pistas para conocer un poco más a fondo la realidad en nuestro país. Las protagonistas de esta nota son:
María Gabriela Best, Laura Ábalo y Milka Krajlev (remo); Nora Alicia Vega y Rocío Berbel (patín carrera); Salomé Rodríguez (hockey sobre patines) y Cecilia Biagioli (natación aguas abiertas).
En su mayoría, ellas confluyen en el aspecto positivo del cambio radical que provocó la creación del ENARD, en cuanto a estructuras, infraestructura, becas, roce internacional y capacitación técnica; entre otras cosas, aunque también coinciden en que “se hace camino al andar” y existen carencias muy grandes.
“Admiro profundamente a todas las mamás del alto rendimiento. Creo que requiere de una súper estructura familiar, altamente organizada. La estructura nacional no contempla a las madres. En el caso del remo, he visto horarios de entrenamiento poco flexibles que dificultaban, por ejemplo, la llegada o retirada de los chicos a la escuela. También sistemas que no contemplan enfermedades de los hijos, concentraciones obligatorias largas y lejos de casa”, expresó Gabriela Best, ex remera representante olímpica en Beijing 2008 y Londres 2012. Por su parte, Laura Ábalos, compañera de Gabriela, comentó: “Jamás hubiese pensado durante mi carrera deportiva tener un hijo, estaba tan metida en el deporte que no lo veía como algo viable y al mismo tiempo porque lo veía superdifícil. Se reflejaba en Milka (actual remera medallista de plata en Lima 2019) y veía cómo se le complicaba cada vez que había un viaje o una concentración en otro lugar, yo no sé si lo hubiese podido manejar. Me parece que el primer tiempo de maternidad tenés que estar cien por ciento dedicada a tu hija o tu hijo. Tal como hizo Carlita Rebecchi, que se retiró un tiempo y después volvió, porque sintió que podía volver y lo hizo”.
“Me parece que el primer tiempo de maternidad tenés que estar cien por ciento dedicada a tu hija o tu hijo“
Laura Ábalos – remo
Las realidades no son iguales para todas las disciplinas, de hecho algunos deportes tienen las cosas más alineadas. Salomé Rodríguez patinadora de las Águilas -campeonas del mundo en hockey sobre patines- comentó: “Todavía no combino la maternidad con el deporte. En mi provincia el hockey sobre patines es un deporte que tiene mucha popularidad y creo que si volviera a jugar ya siendo madre se trabajaría para darme los recursos necesarios para llegar a un alto rendimiento óptimo”.
Por otra parte, Rocío Berbel de patín carrera, quien transita los primeros meses de embarazo, cuenta su experiencia en referencia a sus preocupaciones: “En mi caso, la maternidad se dio en una situación muy particular, ya que quedé embarazada en plena pandemia, apenas comenzada la cuarentena. La verdad es que, desde el comienzo, me sentí muy acompañada. Mi mayor preocupación era perder la prepaga que nos brinda el ENARD, con la que me estaba atendiendo. Hoy puedo decir que el apoyo que me brindaron hasta el momento superó por mucho mis expectativas”. Y agregó que “incluso tengo el honor de que se me haya incluido en la lista de deportistas que pueden usar las instalaciones del CeNARD, lo cual me es de mucha utilidad, al menos para poder rodar a un ritmo suave, ya que nuestro deporte, en particular, no puede simularse fácilmente indoor”.
Todas opinan que ambas tareas son difíciles de realizar en simultáneo y de por sí hay que estar al doscientos por ciento para hacer las cosas bien. Algunas reciben apoyo de sus federaciones, mientras que otras cuentan con el soporte de la estructura familiar para afrontar ambas responsabilidades. Milka Kraljev, mamá de Mateo y remera representante olímpica en Atenas 2004 y Londres 2012, cuenta: “Por suerte pude llevar el alto rendimiento siendo mamá, quizás por la estructura que me permite mi deporte. Muchas veces he ido con Mateo al gimnasio porque no tenía con quien dejarlo, hubo una concentración en altura a la que no pude ir porque no lo podía llevar a Mateo (me permitieron no ir). En ese sentido sí me tuvieron consideración por ser mamá. Me apoyaron bastante, pero es claro que sin mi familia no hubiese sido posible”.
En lo que refiere a la igualdad de género, a Milka no le tembló el pulso para visibilizar la diferencia entre varones y mujeres dentro del deporte: “Mi deporte no es igualitario ni equitativo en absolutamente nada, llevo mucho tiempo luchando y tratando de hacer ver esta problemática. Remo hace mucho tiempo y siempre escuchás que las mujeres no tienen nivel, a mí me han llegado a decir que las mujeres apenas sabemos remar”. Y continuó: “Sin embargo, en los últimos 4 o 5 juegos olímpicos hubo la misma cantidad de mujeres que de varones: en las últimas instancias clasificamos todos en el Preolímpico de Latinoamérica, no es que todos los varones clasificaban en Europa y nosotras en lo que es la repesca o el descarte o la ‘fácil’ como dicen”. Sus ex compañeras de equipo adhieren a esta afirmación y también opinaron sobre la diferencia entre géneros. “No. No es igualitaria, de hecho, muy pocas veces lo fue. Prácticamente no hay cupos femeninos para mundiales o copas del mundo. En el 2011 pensamos que habíamos cambiado eso, pero lamentablemente se volvió a reducir (por no decir restringir) la cantidad de mujeres en un equipo. Ni hablar de la inexistencia de mujeres en el cuerpo técnico. Hoy, Clara Rohner es la primera entrenadora del país, yo creo que eso va a cambiar la historia a futuro”, sostuvo Gabi Best. Al mismo tiempo, Laura Ábalo concluyó: “No siempre se tienen las mismas oportunidades, me parece que los hombres quizás viajan mucho más sin tener un buen nivel y a las mujeres se les exige tener uno muy bueno para llevarlas”.
Algunas realidades son más duras que otras y es claro que ser mamá y atleta de alto rendimiento es todo un desafío. No es solo el esfuerzo, es lo que una como mamá siente.
Nora Alicia Vega, campeona del mundo en varias oportunidades y también campeona panamericana entre otros resultados, compartió una anécdota previa a la creación del ENARD: “Pedro nace en agosto del 91 y en septiembre del 92 salgo campeona del mundo en Roma junto con María Eva Richardson y Rosana Sastre. Esa era una época muy difícil, no existía el ENARD, no había apoyo y nuestra situación económica (con mi marido) era muy complicada. Por ese motivo hablé con mi entrenador de toda la vida, Carlos Lugea, y le planteé que debía dejar de entrenar para poder trabajar más… él me pide que aguante un poco más porque se venía un apoyo por parte de Secretaría de Deportes con vistas al Panamericano de Mar del Plata 95… y así fue, pero ahí surgió otro inconveniente: había que concentrar en el CeNARD. En el 94 estuvimos concentrando mucho tiempo y la verdad la estaba pasando mal (muchos me notaban triste y me preguntaban), extrañaba mucho a Pedro y a mi marido, yo me quería volver no aguantaba más. Me permitieron volverme antes en algunas ocasiones y algunos compañeros y compañeras de equipo se burlaban, yo les expliqué que ellos no entendían (y no lo entendieron hasta tener familia propia), ¡qué cruel puede ser la gente! Lo importante es superarse y seguir”.
Cecilia Biagioli, representante olímpica en cuatro Juegos consecutivos y medalla de plata en Lima 2019, también abrió su corazón para contar sobre su experiencia en la maternidad: “A mí se me ha complicado bastante al comienzo, pero tuve el apoyo de mi suegra, de mi mamá y de mi esposo, que fueron pilares fundamentales en la maternidad, sobre todo en el comienzo cuando Joaco era chiquito. Los viajes y las concentraciones, más que nada en la previa de un torneo importante como un panamericano o un JJOO, son complicados porque el deporte es mucho más demandante y requiere de mucha más atención. A la vez tengo demanda de mi hijo (que fue muy buscado), por lo que ya sabía que iba a estar entre estas dos circunstancias, ¿no? Trato de darle lo mejor, cuando estoy presente compartir tiempo de calidad juntos y de inculcarle un poco lo que mamá hace”.
Para redondear, Cecilia finaliza con una reflexión a futuro pensando en ajustar estos temas que influyen directamente en la carrera deportiva: “Creo que el tema de la maternidad no está abordado, por lo menos acá en Argentina. Estaría bueno que se permitiera viajar con su niño, yo veo que a veces otros deportistas lo pueden hacer en otros países, incluso nadadoras de fondo y de resistencia que por ahí necesitan mucho más tiempo dentro del entorno. Veo que ellas tienen la posibilidad de viajar con su hijo o con alguien que lo cuide y se hace mucho más llevadero seguramente tanto como para el niño como para la mamá en el aspecto emocional, ¿no? Si una mamá se está jugando una clasificación a un JJOO o está ya integrando el seleccionado, estaría bueno apoyarla y darle ese plus de poder compartirlo con su hijo”.
Estas mujeres coinciden en la necesidad de compartir su vida profesional deportiva con la maternidad, son conscientes y realistas de que es algo a trabajar. Asimismo entienden que los descansos, con un hijo de por medio, no son los mismos y que la responsabilidad y la concentración están repartidas, pero también aseguran que es posible hacer ambas cosas con el apoyo correspondiente.
La realidad queda al descubierto y es evidente que hacen falta políticas deportivas que contemplen la maternidad en el alto rendimiento. Asimismo hacer viable desde el día uno la planificación para que la deportista garantice su entrenamiento asesorada por profesionales de la medicina deportiva y, por sobre todas las cosas, pueda acomodar horarios, viajes y competencias. Es decir, que la combinación mamá-deportista sea una situación normal del deporte argentino.