La derrota de los argentinos ante Brasil puso en escena la falta de infraestructura para el handball en el país. Analísis y opinión de lo que se vive en el territorio.
Los Gladiadores son los máximos representantes del handball argentino. Por esfuerzo, por la garra, por el ir siempre para adelante. Como dijo Sebastián Simonet, hay veces que el empuje no alcanza sino que se necesita jugar al handball.
Tal vez ante Brasil, con las palabras del handbolista se enteraron de la realidad del handball en el país. Y se puede decir de casi todos los deportes, con excepción de algunos.
Las condiciones infraestructurales del handball dejan mucho que desear. El único lugar donde entrena la Selección Argentina masculina es en Núñez en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD). En el Interior no hay centros especializados para este deporte.
Los Gladiadores son un equipo 100 % de jugadores de Buenos Aires, y si se recorta un poco más todos son del Gran Buenos Aires. ¿No hay talentos en el Interior del país? La pregunta es: ¿Cómo se detectarán si no hay centros de entrenamiento?
Del 2012 al 2020 se desarrolló el ProHand por parte de la Confederación del Handball Argentino, el cual consistía en un plan estratégico para la “detección, selección y desarrollo de jugadores talento”, “formación y capacitación de recursos humanos”, “organización y gestión institucional”, “estructura de torneos y competencias nacionales”.
Estos jugadores se rompieron el lomo, por más que están lesionados quieren jugar porque se desviven por la camiseta, pero ¿hasta cuándo se seguirá así? Viajes eternos, escalas interminables… así y todo, arman su bolsito de nuevo para defender la camiseta ante cualquier monstruo como Francia, Dinamarca, Noruega o cualquiera que deban enfrentar.
El handball argentino necesita abrirse al hacia las provincias, que todos tengan acceso. No solo aquellos que viven cerca de CABA o que pueden acercarse al CeNARD. Este deporte necesita de mucho trabajo para seguir progresando. Es necesaria una federalización de este deporte y para ello es importante tener infraestructura y mayor difusión.
Este fue el ciclo olímpico más exitoso de la historia del balonmano masculino. Medalla de plata en Cochabamba 2018, oro en Nuuk, 17° puesto en Alemania-Dinamarca 2019, oro en Lima 2019, oro en Maringá 2020 y 11° puesto en Egipto. Pero para muchos los Gladiadores solo pierden, ¿por qué Gladiadores si no juegan a nada? Sabemos que esas críticas son de personas que no conocen la realidad que viven en cada entrenamiento, en tener que laburar y después ir a entrenar sabiendo que el cuerpo responde diferente…
Eso no significa nada porque se logró por el esfuerzo del cuerpo técnico y de los jugadores. De los que entrenaron en un balcón, en un cuarto, donde pudieron. Y por si fuera poco, es sabido que para crecer los jugadores se van a Europa. ¿Qué acciones hay para que ellos decidan quedarse en Argentina y luchar para que crezca la liga local?
Cada vez son más chicos los que se van a jugar a la liga española, es una pena, pero el mejor que se les puede dar es que si quieren desarrollarse bien el handball se deban ir. Estas son solo algunas cosas a señalar porque hay muchas más históricamente. Es verdad que con la llegada del ENARD se aliviaron ciertas cuestiones económicas, pero hay muchísimo por hacer.
La cara visible del handball argentino son los jugadores. Los que reciben insultos, los que son menospreciados, los que pusieron a la celeste y blanca en tres Juegos Olímpicos. Son muchos nombres de quienes estuvieron al menos en los últimos 15 años de crecimiento de la Selección Argentina a nivel internacional.
Jugadores como Gonzalo Carou y Seba Simonet se despiden de los Gladiadores, capitán y subcapitán, respectivamente. No es de la manera que nadie quería que lo hicieran. Fueron de los que más esfuerzo hicieron para llevar al handball a 3 Juegos Olímpicos consecutivos. ¿Cuál será el mañana? Es una realidad que hay jugadores desde hace 15 años en la selección Adulta y que el cuerpo pasa factura… ¿qué chicos llegarán para el recambio?
El deporte amateur es difícil, pero si para entrar a una liga promocional un club necesitá al menos 40.000 pesos por fin de semana que hace de local, ¿cómo los clubes van a poder crecer?
Estos jugadores y muchos de los que ya se retiraron de la actividad hicieron mucho por el handball, desde ese primer grupo que fue a un Mundial en Kumamoto 1997 hasta este que está en Tokyo 2020.
La realidad señala que hay mucho por hacer y que hay mucha gente interesada en ayudar y proponer para que el handball sea un deporte con la infraestructura necesaria. Ojalá sean escuchados.
Fotos: Peri Soler y Martín Waichman