Notable trabajo del equipo argentino a lo largo de todo el certamen, llegaron a la última fecha con chances de clasificar al Campeonato Mundial y lo lograron con creces tras vencer a Cuba 12 a 11, en un partido infartante.
Por Diego Bianco
Argentina selló para siempre el día 13 de marzo en la historia del waterpolo nacional. El equipo conducido por Guillermo Setti logró una épica clasificación al Campeonato Mundial FINA de Budapest, por primera vez en un hecho sin antecedentes.
Las Tiburonas jugaron la última fecha del certamen contra Cuba, una Selección que también llegaba a la definición con ambiciones de clasificar. El duelo fue intenso e incierto hasta el último segundo, el partido tuvo de todo y siempre cambiante desde el resultado.
Argentina jugó los partidos que tenía que jugar con absoluta responsabilidad. La consigna era clara: vencer a Colombia, Cuba y pelearle el partido hasta el final a Brasil. Los éxitos fueron con las dos primeras rivales, contra Brasil siempre queda una espina que cuesta sacar y las verdeamarelhas ganaron otra edición del clásico sudamericano.
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Este logro magnífico de las Tiburonas es por un desarrollo constante que apuesta al crecimiento, entre tanto trabajo, la obtención de una plaza mundialista es un regalo a la entrega de las jugadoras. Los saltos de calidad se notan a cada paso y la selección nacional quiere continuar escribiendo la historia.
La goleadora de la Selección Argentina fue Ashley Haatcher con 10 goles, Carla Comba anotó 7 tantos y es una de las dos máximas asistidoras del equipo junto a Cecilia Leonard con 7. La campaña culminó con 6 partidos jugados, 2 ganados y 4 perdidos. Las Tiburonas ganaron el partido que tenían que ganar, entraron en la historia grande del deporte argentino y ya sacaron pasajes a Budapest porque el mundial las espera.
Foto: CADDA