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La gira por Europa terminó con otra caída, esta vez contra Inglaterra por 27 a 14.
Los errores, la desconcentración y la falta de intensidad que padecen hace tiempo volvieron a aparecer y Los Pumas cayeron en su último partido de la ventana internacional de noviembre por 27 a 14 en Twickenham. Más allá de la dureza del rival, Inglaterra es el único equipo que no ha perdido durante este año y el segundo en el ranking mundial, el equipo argentino tuvo la ventaja de jugar contra catorce desde los cuatro minutos del primer tiempo por la expulsión de Daly tras embestir en el aire a Senatore, que cayó de cabeza y debió ser reemplazado.
El primer año en que este plantel puma enfrentó el durísimo calendario de Súper Rugby, Championship y ventanas de junio y noviembre deja mucho para el análisis. Hourcade, head coach del equipo, habló sobre eso: “El esfuerzo de los jugadores fue para destacar. Fue un año tremendo con muchos partidos y viajes, a lo cual nos estamos adaptando. Era lo que pretendíamos y seguramente el año próximo sea mejor. Estamos al principio del camino y confío plenamente en que esto va a terminar de buena forma en el mundial de 2019.”
Inglaterra supo defender en inferioridad y a pesar de tener menos tiempo la pelota y jugar la mayoría del partido en su campo forzó 17 penales que marcaron la diferencia final en el resultado desde los pies de Farrell. Además de la expulsión, los ingleses sufrieron la lesión de Billy Vunipola, uno de los mejores jugadores del año, antes del final del primer tiempo. Fue en ese momento que Los Pumas tuvieron una reacción. Una serie de scrums en pleno ataque generaron varios penales ingleses que terminaron primero en una amarilla para Cole y después en un try de Isa. Era el descuento para el equipo argentino. Antes un try penal por knock on intencional de Orlando y tres penales de Farrell habían adelantado a los ingleses.
El segundo tiempo arrancó con una enorme jugada de toda la cancha, un try fantástico después de un quiebre de Moroni y una sucesión de pases entre Cubelli, Estellés y Cordero. Inglaterra jugaba con trece, parecía el momento para que Los Pumas dieran el salto pero otra vez los errores lo impidieron. Hernández jugó en su posición natural de apertura por la lesión de Sánchez (arrastraba molestias en el tobillo hace tiempo) y tuvo un partido particularmente errático. Farrell volvió a poner distancia con un par de penales y cuando los dos quedaron con catorce por una amarilla a Herrera, May apoyó en una jugada en que la defensa argentina quedó completamente desbalanceada y cerró el marcador.
El capitán Creevy fue autocrítico pero destacó lo positivo: “Fuimos nosotros los que perdemos el partido por no tener una buena definición en las jugadas. Por momentos jugamos bien, el scrum y el line estuvieron bien, más allá del cansancio hicimos buenas cosas.”
Es momento de descansar, revisar lo hecho y pensar en la próxima temporada que arranca con Jaguares en el Súper Rugby el 25 de febrero. El objetivo es el mundial de Japón, en el que Los Pumas tendrán un grupo difícil por el lugar en el que quedaron en el ranking antes del sorteo que será el año próximo, este año deja muchos datos para reacomodar el rumbo.
