Qatar es la sede del Mundial de fútbol en 2022, pero además, ha sido anfitrión de numerosas competencias deportivas en los últimos años, y va por más
En Qatar ya se palpita el Mundial de fútbol. Será, probablemente, el evento deportivo más importante que se haya realizado jamás en el país asiático. Sin embargo, no es el único evento de gran magnitud que albergará el país árabe; en los últimos años, ha recibido otras competencias muy importantes. Y además, de cara a los próximos años, aspira a más: convertirse en la capital mundial del deporte.
Para ser sede del Mundial de fútbol, la elección de Qatar fue bastante polémica, y los rumores de corrupción en la votación son muy fuertes. Sin embargo, nada se comprobó oficialmente, y el país asiático se mantuvo como anfitrión. Para esta competencia, se construyeron 7 de los 8 estadios en los que habrá acción. Una inversión importante, ya que además son estadios de una infraestructura impresionante, con muchísimos lujos. Además, también se preparó bastante desde lo futbolístico a la Selección local, que participó en los últimos años como invitada en la Copa América y en la Copa de Oro.
Claro está, el dinero no es un problema para un país que se beneficia, principalmente, de la venta de petróleo. En los últimos años, ha decidido centrar sus inversiones en el mundo del deporte. En el fútbol, en buena parte, ya que además del Mundial, fue sede este año de la Copa Árabe, y del Mundial de Clubes en 2019 y 2020. Pero además, también albergó muchísimas otras competencias, sobre todo en el lapso de los últimos 10 años.
En el 2021, Qatar recibió por primera vez a la Fórmula 1, el pasado noviembre. También fue sede del Mundial de Pádel, y recibió una etapa de la Diamond League de atletismo, algo que sucede anualmente desde la creación de esta competencia, en 2010. Y justamente, en atletismo, fue sede del Mundial 2019. Allí, frente a su gente, Mutaz Barshim logró su segundo título del mundo en salto en alto. Este año, Barshim logró en Tokyo la segunda medalla dorada de la historia para Qatar en un Juego Olímpico; la anterior fue el pesista Fares Elbaj, también este año, unos días antes. Es decir, también parece haber un crecimiento en cuanto a los resultados deportivos, aunque no a gran escala.
Un poco más en el tiempo, son más las competencias que ha albergado Qatar. El mundial de gimnasia artística 2018, el de ciclismo de ruta 2016, el de boxeo amateur y handball en 2015, y el de natación de pileta corta en 2014. Antes de 2011, Qatar prácticamente no había albergado competencias deportivas importantes, salvo los Juegos Asiáticos en 2006, lo que demuestra que su interés por el deporte es reciente. Además, en todas las disciplinas en las que fue anfitrión, hay algo en común: son deportes en los que el país árabe tiene poca o nula tradición. Sin embargo, la pasión por el deporte (y quizás también por el dinero) parece ir más allá de la presencia o no de representantes locales.
Se mencionó más arriba del crecimiento deportivo de los últimos años en Qatar, al menos en cuanto a resultados. Lo demuestran las medallas en Tokyo 2020, que fue la mejor actuación de la historia para los árabes (2 oros y un bronce). También se lo ve en la Selección de fútbol, que como se dijo, se está preparando hace tiempo para el Mundial, y que en 2019 logró consagrarse por primera vez en la Copa Asiática, cuando antes no había pasado de cuartos de final.
En este apartado, es importante mencionar al handball. En el Mundial masculino que albergó, en 2015, Qatar se convirtió en la primera, y hasta ahora única, selección no europea en ser finalista del certamen. Allí terminó cayendo ante Francia, pero el resultado fue histórico. Aún más si se tiene en cuenta que hasta esa edición, lo mejor de los árabes había sido un puesto 16 en 2003. Claro, si uno mira las nacionalidades de los jugadores de ese equipo, se puede entender un poco más: 14 de los 17 que integraron ese plantel no son qataríes. Hubo jugadores franceses, españoles, montenegrinos y bosnios, entre otros. Esto generó una polémica importante, pero no hubo ningún impedimento.
Es innegable que Qatar se ha vuelto un país importante dentro del mundo del deporte. Quizás no tanto aún en materia de resultados, pero sí en cuanto a la recepción de competencias importantes. Y esto puede crecer de cara al futuro: además del Mundial de fútbol, está previsto que albergue el Mundial de Judo en 2023, mismo año en que recibirá el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos. Mientras que en 2030 recibirá por segunda vez a los Juegos Asiáticos.
Y la apuesta fuerte, de cara al futuro: ser sede de los Juegos Olímpicos. Ya lo intentó para las ediciones de 2016 y 2020 y no pudo; tampoco logró quedarse con la edición de 2032. Sin embargo, parece casi inevitable que alguna de las próximas ediciones del evento se realice en Qatar. Poco importan, para los dirigentes deportivos, las denuncias por violación de derechos humanos, y la cultura machista y homofobia que reina en este país (algo que parece ir mejorando de a poco). Porque claro, cuando hay dinero de por medio (sobre todo los famosos petrodólares), cualquier país se vuelve digno de recibir importantes competencias deportivas. Este es el caso de Qatar, que ha crecido en este ámbito en los últimos años, y va por más.
Foto: Getty Images
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