El mundial de fútbol realizado en Qatar se convirtió, tal vez, el más controversial de todos. Cargado de restricciones, situaciones extrovertidas, aportes millonarios para el espectáculo más importante del mundo. Pero, además, su cultura prohibe y restringe la libertad de expresión. Hace unos días, un fanático se manifestó dentro del campo de juego.
En los primeros minutos del segundo tiempo entre Uruguay y Portugal, enfrentamiento por el Grupo H del Mundial Qatar 2022, un espectador traspasó la seguridad e ingresó al campo de juego con una bandera LGBTQ+, una remera con el logo de Superman y distintos mensajes.
“Save Ukraine”, se leía en la parte delantera. Y “Respect For Iranian Woman” (respeto para las mujeres iraníes) en el lado de atrás. El hombre, con la bandera en su mano, corrió a toda velocidad por el centro del campo juego del estadio Lusail, esquivando a un seguridad que lo intentó frenar.
Luego, un segundo seguridad lo derribó al piso con un fuerte tackle. La bandera arcoíris quedó en el campo de juego y fue retirada por el árbitro del partido, Alireza Faghani. Inmediatamente, el espectador fue sacado por un corner y el partido se reanudó.
La transmisión oficial, cambiando de cámara, decidió no mostrar al espectador que invadió el campo de juego. Esto sucede en un contexto de fuertes críticas a Qatar, organizador del Mundial, por el incumplimiento de derechos humanos. Sobre todo en relación con el colectivo LGBT+, en un país en el que la homosexualidad está perseguida judicialmente.
Qatar 2022 y los derechos LGBT
?El reglamento de FIFA para la Copa del Mundo es controversial: no está permitida la utilización de símbolos políticos durante el torneo ni manifestarse a favor de causas como el matrimonio igualitario, prohibido en el país. La orientación sexual, según el organismo futbolístico y el país anfitrión, es cuestión política. “Quien no acate la norma recibirá una sanción”, se anunció desde el organismo liderado por Gianni Infantino.
Por este motivo, distintas selecciones decidieron que sus capitanes no luzcan el brazalete “One Love”, en apoyo a la comunidad, LGBTIQ+, como tenían previsto. En su lugar, optaron por la cinta, aprobada por la FIFA, que asegura “No discriminación”. Pero en respuesta, Alemania, en su debut con Japón, posó para las fotos con un gesto que parece un claro mensaje frente a toda la controversia que se generó alrededor del tema: se taparon las bocas.