Atentado en Atlanta 1996: La historia detrás del terror durante los Juegos Olímpicos
La tragedia dejó dos victimas fatales y más de 100 heridos, tras la detonación de una bomba.
El 27 de julio de en Atlanta 1996, durante los Juegos Olímpicos un atendado sacudió el Parque Olímpico del Centenario, dejando una marca indeleble en la historia olímpica. La explosión de una bomba en el área del Centennial Olympic Park cobró la vida de una espectadora, Alice Hawthorne, y de manera indirecta, causó un infarto fatal al camarógrafo turco Melih Uzunyol. Además, otras 111 personas resultaron heridas, muchas de gravedad.
El autor del ataque fue identificado como Eric Robert Rudolph, un terrorista fundamentalista estadounidense con una agenda extremista. Rudolph, un carpintero, había colocado tres bombas dentro de un estuche militar tipo ALICE Pac (mochila militar), con la intención de protestar contra lo que él percibía como ideales “socialistas” y “globalistas” promovidos por los Juegos Olímpicos. Sus motivos también estaban arraigados en su ferviente oposición al aborto y a la homosexualidad.
El guardia que ayudó en el atentado y luego estuvo bajo investigación
Richard Jewell, un guardia de seguridad en el parque, jugó un papel fundamental al descubrir la bomba antes de que detonara por completo, lo que permitió evacuar a la mayoría de los espectadores presentes en el área. Sin embargo, Jewell pasó de héroe a ser erróneamente investigado como sospechoso principal del atentado por el FBI y los medios de comunicación. A pesar de ser exonerado más tarde en octubre de 1996, la atención negativa en su contra tuvo un impacto duradero en su vida.
El atentado en Atlanta 1996 formó parte de una serie de actos terroristas perpetrados por Rudolph en la región durante los meses siguientes. Rudolph logró permanecer prófugo durante varios años, hasta que lo capturaron en Carolina del Norte en 2003. En ese momento, Rudolph se declaró culpable de los crímenes, incluido el atentado en los Juegos Olímpicos, y recibió como sentencia: cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Veinticinco años después, el atentado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 sigue siendo un momento trágico y sombrío en la historia del movimiento olímpico. Para recordar los peligros y desafíos de la seguridad en eventos deportivos internacionales.
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