Las argentinas lograron la medalla de oro al vencer a las cubanas por 2-1. Es la primera vez que en la modalidad femenina la albiceleste logra estar en lo alto del podio panamericano. Inolvidable.
Ana Gallay y Georgina Klug hicieron historia en Toronto. Al ganarle a Cuba en la final, se quedaron con la presea de oro y son las únicas en la historia nacional en quedarse con el premio más anhelado. Todo el torneo demostraron un nivel muy alto y una complementariedad entre ambas, siendo ese uno de los motivos que las llevó a la gloria panamericana. Un presente totalmente merecido, que se baña de actualidad, porque hoy en dìa son las mejores del país, están en lo más alto de los torneos internacionales y este lunes se consagraron campeonas panamericanas. Chapeau.
La entrerriana y la santafesina triunfaron por 2-1 ante las cubanas Martínez y Flores (ante quienes habian caído en la fase de grupos) co parciales de 21-17, 19-21 y 15-7 en una hora y dos minutos de juego.
El tercer set fue el más emocionante, porque las argentinas levantaban los brazos hacia la tribuna en busca de apoyo, lo que las fortaleció y las llevó al triunfo. Tal como pasó contra Brasil, el encuentro fue vibrante y cada segundo se vivió a flor de piel. El estadio se cayó cuando terminó el partido y la medalla de oro era un hecho.
En su camino tuvieron a Trinidad y Tobago, México, Chile, Estados Unidos, Brasil y Cuba en apenas siete días.
Las argentinas supieron combatir y esquivar todos los obstáculos que se le cruzaban sin importar el calibre del rival porque con sus puños, bloqueos y remates hicieron historia. Tal vez el partido más emocionante fue ante Brasil porque eran las candidatas a ganar, pero supieron sortearlas por un 2-1 que les permitió acceder a la final.
Gallay y Klug mostraron que son las mejores de América y el año que viene en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro demostrarán que pueden ser las mejores del mundo… lo mejor está por venir.
