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Río 2016

Los Juegos de la inflación

El privilegio de ser el primer Juego Olímpico a realizarse en Sudamérica tiene costos más altos de lo estipulado. ¿Cuál es la situación económica del país anfitrión a meses de la cita más importante de su historia?

Justamente este martes, la cuenta dice que restan siete meses para el inicio de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, los cuales serán del 5 al 21 de agosto. Y, según una nota publicada en el diario El País, éstos contarán con un aspecto deficitario muy grande, empezando por el simple hecho de “no tener televisión en la Villa Olímpica”. Además, se suman muchas edificaciones que no serán duraderas, sino que serán de uso puro y exclusivo para los Juegos Olímpicos y luego dejarán de existir; lo que Eduardo Paes (Alcalde de Río) llamó “elefantes blancos” ¿por qué? Porque en ellas se gastan cifras millonarias y luego no tienen otro fin que para el que se construyen, tal como sucedió en el Mundial. Ese es el motivo por el cual se rehúsan a derrochar más dinero del que tienen como para llevar a cabo las construcciones.

En palabras de lo publicado por El País, las cifras actuales de lo que implicarían la organización de los Juegos rondan los 8.400 millones de euros, es decir, un 43% más de lo presupuestado para el Mundial de hace dos años. Cabe recordar que Brasil atravesó el mismo inconveniente en la previa del torneo, siendo acusado de no ser capaz de terminar las obras a tiempo, con problemas de licitaciones y pasándose la pelota de la construcción entre club y club. Lo más llamativo, en acuerdo con lo que dice el diario internacional, tiene que ver con que los gastos no se generan desde la construcción de los estadios o las instalaciones para el certamen, sino en las remodelaciones de las infraestructuras existentes y su proyección a futuro, como ser la línea de subte y la autopista que tendrá como objetivo unir las sedes, para lo que, según El País, el Gobierno pidió nuevos créditos. Una de las críticas fuertes a la organización refiere a la distancia que hay entre las sedes entre sí y la Villa Olímpica, que sería de dos horas o más en transporte público y media hora o un poco más en automóvil, variable que termina siendo en detrimento del rendimiento, pero sobre todo, del descanso de los deportistas. Es por ese motivo que los mismos finalizan hospedándose en hoteles o complejos cerca de sus sedes de competición y no en la Villa Olímpica.

El último punto que recorre el análisis del diario “El País” tiene que ver con la cuestionadísima contaminación en la Bahía de Guanabara, un tema para nada nuevo. Según los datos brindados por el periódico, el gasto producido en pos de la limpieza total de las aguas fue de 2.300 millones de euros a lo largo de 20 años. Lo lamentable es que las aguas no han sido renovadas al 100% y la salud de los deportistas está en peligro.

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La construcción parece ir bien. Con sus pro y sus contras, los Juegos Olímpicos están a la vuelta de la esquina y, dejando de lado lo deportivo, se verá qué saldo le queda a Brasil una vez que las luces se apaguen.

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