Sebastián Crismanich, campeón olímpico en Londres 2012, soltó una bomba sobre su carrera y dijo que evalúa colgar el dobok debido a las reiteradas lesiones que lo aquejan.
No deja de doler. Dolió aquella fractura en el Open de Aguascalientes y más dolió enterarse de que no obtendría la wild card para defender su corona olímpica en Río. Todo eso fue mucho para Sebastián Crismanich y para aquellos que lo siguen a sabiendas de su trabajo y humildad. Y, como si fuera poco, este martes se conoció un notición que dejó helado a más de uno: el correntino piensa en el retiro.
“No sé si me voy a volver a poner el dobok. Estamos en una etapa en la que estamos evaluando de acuerdo a las lesiones que tuve y el déficit con el que quedé, sobre todo en la parte ligamentaria de tobillo y rodilla. Vamos a ver si seguimos teniendo altísimo nivel y si sigo compitiendo o no; estoy más cerca de retirarme que de seguir”, escupió Crismanich en diálogo con TyC Sports. Frío, como un hielo que congela el alma…así lo transmitió y así se siente del otro lado. Aún no se termina de borrar la imagen de Seba pleno de lágrimas en el podio de Londres mientras izaban la bandera argentina en lo más alto. O será que la sensibilidad abunda por demasiados cracks que quieren abandonar…
Según explicó el último campeón olímpico, los problemas que atravesó con la última lesión y otras que arrastra hace ya tiempo atrás “hacen que me lesione cada tres semanas y hacen difícil que me mantenga en la cúspide de mi carrera”. Además enfatizó: “No merezco –ni la gente merece) verme en un rendimiento menor o pelear en un nivel inferior de lo que he estado… la decisión la vamos a tomar en equipo”. Si bien es una decisión acertada y racional, se hace difícil aceptarla para el público del deporte amateur, que soñaba con ver a un Crismanich nuevamente en los tatamis olímpicos.
La realidad es que Seba fue papá hace poco de Zahira y también aprovechará este momento para dedicarse a su familia y otras cuestiones que suelen quedar relegadas a causa de la exigencia que demanda el alto rendimiento. Por eso, no pierde la calma pensando en su porvenir: “Tengo que reestructurar mi vida. No por no seguir compitiendo quedo guardado en el cajón, me faltan muchos capítulos en mi vida y quiero dejar herencia en mi taekwondo querido… Hay muchas cosas que se pueden hacer para seguir adelante”. A esperar entonces el veredicto final. Vos tampoco te vayas, Seba…
