Juan Cruz Araldi, integrante de la Selección Argentina de Patín Carrera, dialogó con Villas acerca de la única sensación de ser dorado en el patinaje: “Es como tocar el cielo con las manos”, describió.
(@Micapiserchia)
Se le dio. Después de haber tenido un año 2015 que le resultó insatisfactorio, Juan Cruz Araldi se sacó la espina que lo venía azotando. El argentino se consagró campeón mundial en Nanjing en la especialidad de maratón, después de un largo tiempo de correr en la ruta asiática.
Juan, aunque parezca tonta la pregunta, ¿qué se siente ser campeón del mundo?
La verdad que para mí es raro, no terminás de caer en ningún momento, lo esperas durante tanto tiempo que una vez que llega no se puede explicar. Se siente mucha tranquilidad y satisfacción porque te demostrás a vos mismo que se puede, es más que nada eso. Muy feliz. Me recibieron mis amigos y mi familia con cariño permanente.
¿La inserción de Álvaro Ramos al Cuerpo Técnico les dio un cambio de aire? NdR: Ramos es colombiano y fue sumado a la Selección en 2015 por parte de la Confedeación Argentina de Patín.
Necesitábamos un cambio, eran muchos años ahí en Vélez era un desgaste mental el que teníamos, no nos llegaban los resultados. No estábamos entrenando mal, necesitábamos un cambio de aire. Lo de Álvaro nos vino bárbaro, por los conocimientos que él tiene y para entrenar de la misma manera que entrenan en Colombia; la verdad que aprendimos un montón.
¿Cuánto significa para vos ser campeón representando a los colores de Argentina?
Es lo máximo a lo que podés aspirar. Desde que soy chiquito miraba a los representantes argentinos, Pájaro Escobar, Javier González… Los miraba y soñaba con ponerme la camiseta argentina algún día. Ya ser campeón del mundo es algo que soñé toda la vida, hasta que no tenés la medalla no lo sabes y eso te llena de incertidumbre. Realmente fue como tocar el cielo con las manos. Hace muchos años que patino, la llegada fue un grito de desahogo de toda la vida, aparte estar ahí en el podio y ver que izan la bandera y escuchás el himno en otra parte del mundo se te pone la piel de gallina.
¿Qué fue lo primero en lo que pensaste apenas cruzaste la meta?
En lo primero que fue ‘¿Dónde está Ro que me está viendo?’, estaba tratando de encontrarla a ella (Rocío Berbel, compañera de equipo y novia) donde esté. Mas allá de mi familia y mis amigos que me puedan acompañar, ella es mi compañera de batallas y soñé mucho tiempo ese momento de ir y abrazarla, por eso apenas crucé la meta lo que quería era encontrarla, y cuando pegué la vuelta la vi corriendo por el medio de la pista.
¿Cómo se sigue de cara al futuro? ¿Te quedan metas por cumplir?
Esto me da la confianza para ir a otra carera que quería ganar, como los relevos que corremos con ken y con Ezequiel, que es una espina que tenemos clavada de 2014 los tres, me encantaría porque nos llevamos bien los tres, creo que nos merecemos coronar la carera. Me gustaría sumar otra carrera individual, definitivamente esto te predispone distinto. Ya hoy me paro en la línea de salida con otra confianza.
