De vuelta en la capital francesa, se destacó la primera participación de la Argentina a través de una delegación formada por 93 deportistas. En estos Juegos se consiguen seis medallas: una de oro, tres de plata y dos de bronce.
Tras el fracaso de los Juegos Olímpicos de París 1900, el certamen deportivo más importante en la historia de la humanidad volvió a Francia justo para el momento en el que el mandato de Pierre de Coubertin al frente del Comité Olímpico Internacional culminaba para dar paso al belga Henri de Baillet-Latour.
Respecto a la segunda edición de los Juegos, estos contaron con el total apoyo del gobierno galo y los fondos necesarios para que se desarrollaran en el barrio de Colombes, donde se construyó el estadio Yves du Manoir.
El número de países participantes aumentó de 29 a 44, quienes llevaron a 3.092 atletas (2.956 hombres y 136 mujeres) y compitieron en 126 eventos. Como dato de color, en la Ceremonia de Clausura se instaura la práctica de izar las banderas del COI, del país organizador y del próximo anfitrión.
Una de las grandes innovaciones es la incorporación de la Villa Olímpica, siendo esta una idea para reunir a todos los participantes en un solo predio.
Nuevamente el finlandés Paavo Nurmi triunfó con dos oros el mismo día, en las pruebas de 1.500 m. y 5.000 m. Johnny Weismüller, con tan solo 20 años, logró primeros puestos (400 m. y en relevos 4×200 m. libre) y un bronce en natación.
Nuevamente sin la presencia de Alemania a causa de la Primera Guerra Mundial, el hecho más destacado, por lo menos para nuestro país, es la participación de Argentina como nación con un total de 93 deportistas (todos varones), y con Enrique Thompson (decatlón) como abanderado. El boxeador Pedro Quartucci, en la categoría pluma, obtuvo la primera medalla para su país. Fue plateado al caer en la final con el estadounidense Joseph Salas.
El primer oro olímpico vino de la mano del equipo de polo, conformado por Juan Nelson, Enrique Padilla, Arturo Kenny y Juan Miles, quienes derrotaron al local en la final.
