Scottie Pippen, uno de los integrantes más importantes de los seis campeonatos de los Chicago Bulls, se rindió a los pies de Manu tras la noche del retiro de su camiseta.
La pandemia del Coronavirus dejó al mundo sin actividad deportiva hasta el fin de semana del sábado 16 de mayo, día en el que la Bundesliga (liga de fútbol de Alemania) retornó a la actividad. En el camino, hubo tiempo de sobra para ver partidos históricos, como también hubo furor por varias series deportivas, en especial The Last Dance.
La serie de 10 capítulos sirvió para mostrar el último anillo de los Chicago Bulls, el cual fue conseguido en la temporada 97-98. Además, a lo largo de la decena de episodios se pudo ver los cinco campeonatos anteriores de la franquicia de Illinois (1990, 1991, 1992, 1996 y 1997), siempre con una estrecha relación a la vida del mejor jugador de todos los tiempos, Michael Jordan.
Entre las historias paralelas al éxito está la de Scottie Pippen, un alero que fue el subcapitán del equipo, estaba mal pago y nunca aceptó otro puesto que no sea el de titular. De hecho, cuando se retiró Jordan en 1993 tras el asesinato de su padre, Pippen tomó el rol de capitán de los Bulls y hasta llegó a no ingresar al campo de juego en una última jugada de los Playoffs del 94 porque Phil Jackson decidió que el tiro para ganar le iba a corresponder al croata Toni Kukoc en vez de a él.
Si bien esa historia es definida como una que ‘no hubiese querido vivir’ en el documental, Pippen fue un gran líder, sacrificando su salario y tolerando vivir bajo la luz del mejor de todos los tiempos.
Sin embargo, cuando San Antonio Spurs retiró la remera del argentino Manu Ginóbili por su aporte entre 2002 y 2018, Pippen se rindió a los pies del bahiense. En una entrevista a ESPN le señaló: “Dio demasiado por su equipo, hizo algo que nunca pude. Dejó su rol de superestrella para que el equipo funcione. Es un ejemplo. Ese sacrificio vino con cuatro títulos, nadie hizo un sacrificio tan grande como él”.
A la hora de comparar su rol de líder en los Bulls de los 90 contra el del argentino en este siglo, Pip manifestó: “Creo que mi mayor aporte como líder era dentro de la cancha, y era el único que realmente aceptaba. Pero me saco el sombrero por Ginóbili. Lo tomó como un hombre cuando la mayoría hubiese pedido un traspaso”.