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¿En qué quedó la campaña “#LimpiemosElReconquista”?

Las acciones de limpieza del Río Reconquista surgieron a raíz de las pésimas condiciones de entrenamiento del equipo de remo. Conoce el estado actual de la situación.

Todos lo vimos en el 2016, apenas un mes después de los Juegos Olímpicos de Río. Las asquerosas condiciones en que los remeros argentinos practicaban su respectivo deporte, sorteando toneladas de basura y desechos tóxicos en cada remada. Y así durante años hasta que alguien dijo basta y se hizo oír.

Oficializada como la Pista Nacional de Remo, en el partido de Tigre, integrantes del equipo albiceleste se reunieron para exponer la situación sanitaria que perjudica no solo sus entrenamientos, sino también la salud de los vecinos de la zona.

Así, Ariel Suárez y María Laura Ábalo, dos de los máximos exponentes de este deporte, visibilizaron la penosa actualidad del río Reconquista. Sus compatriotas de otras disciplinas se solidarizaron y se sumaron a la difusión, las cámaras llegaron y el reclamo tomó notoriedad.

Como era de esperarse, las autoridades políticas de aquel entonces también dieron la cara, fomentando las promesas de limpieza del río, ciudad de los atletas, vecinos y el medioambiente. Pero solo eso fueron, promesas.

Comenzaron con la extracción de la basura flotante, eso sí, pero la enorme cantidad de residuos, sumado a decadente cobertura mediática que la campaña estaba perdiendo debido a que el tema ya no era de actualidad diaria, hicieron que todo el esfuerzo quedara en la nada.

Para 2018, con #LimpiemosElReconquista a punto de celebrar su segundo aniversario, llegaron los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, que trajeron consigo una buena actuación de los remeros argentinos. Sol Ordás ganó el oro, mientras que Felipe Modarelli y Tomás Herrera se llevaron el bronce. Ahora, ¿cómo fue posible semejante hazaña olímpica? Los tres basaron toda su preparación en el barrio privado de Nordelta.

Previo a los Panamericanos de Lima 2019, la gente y las empresas de la zona seguían utilizando al Reconquista como un tacho de basura. De esta manera, en pleno entrenamiento rutinario, siete remeros de la Selección Argentina (Ordás, Milka Kraljev, Carlo Lauro, Rodrigo Murillo, Agustín Silvestro, Agustín Díaz y Brian Rosso) debieron ser hospitalizados debido a la constante exposición a altos niveles de contaminación.

Posterior a esto, ya con los atletas recuperados, lo más lógico hubiera sido tener una respuesta favorable, o cuanto menos el apoyo de la Asociación Argentina de Remeros Aficionados (AARA). ¿Cuál fue la respuesta? Silencio absoluto.

«La campaña se frenó. Hubo mucha vuelta por parte de los políticos y pocas respuestas. Pero tampoco es la solución estar todo el tiempo levantando mugre en la pista, sino implementar medidas a lo largo de los 18 municipios que recorre el Reconquista, y dejar de tirar basura sin ningún reparo», comentó María Laura Ábalo a Argentina Amateur Deporte.

Una vez más, una promesa que quedó en la nada. Palabras de apoyo y compromiso que quedaron tan manchadas como el agua del río Reconquista, y atletas argentinos ninguneados que, casi cinco años después del inicio del reclamo, siguen esperando una respuesta.

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