Los Murciélagos confirmaron su vigencia en el Grand Prix de Tokio y se quedaron con el título por tercer año consecutivo.
Por Joaquín Finat
Con dos goles de Maximiliano Espinillo, el seleccionado argentino de fútbol para ciegos derrotó a Japón por 2-0 y gritó campeón en la misma tierra donde buscarán el oro paralímpico.
Algo está claro: Argentina no perdió su esencia. Fue protagonista en los cinco partidos que disputó, mantuvo una línea de juego y se llevó el título merecidamente.
El entrenador Martín Demonte utilizó siempre la misma formación:
Germán Muleck; Federico Accardi, Ángel Deldo, Froilán Padilla y Maximiliano Espinillo. Los cinco de memoria. Aunque también aprovechó la ocasión parle minutos a dos delanteros que vienen pisando fuerte: Ignacio Oviedo y Jesús Merlos.
La figura de Los Murciélagos fue Maximiliano Espinillo, el hombre gol. Brilló con un póker contra Tailandia y estampó el doblete en la final. Cuando él no apareció, surgió Ángel Deldo para marcar un golazo contra España, u Oviedo para romper el cero ante Francia.
Argentina ya se acostumbró a ganar el Grand Prix, algo que había conseguido en 2018 y 2019. Lo hizo de manera invicta (4 victorias y 1 empate) y puede mirar con ilusión el futuro. Más precisamente, los Juegos de Tokio.
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