Luego de finalizado el torneo amistoso en el MGM de Las Vegas, el seleccionado de Sergio Hernández se encuentra ultimando detalles para viajar a Tokio. En este muestreo, pudo emparejarse con tres equipos de categoría, y revisar los pros y contras de su selección. A 12 días del primer enfrentamiento oficial, el análisis de la previa de Argentina en Estados Unidos.
Por Sol D’Amato
Argentina cerró su fase de preparación en Las Vegas con tres derrotas. Un titular que sorprende, y hasta puede asustar a algunos, pero que deja afuera ciertas situaciones a considerar. El análisis de estos encuentros, a priori, deberían dar cuenta de que estos tres equipos, que no forman parte del grupo del Alma, están a un nivel más exigente que lo que hoy el equipo de Sergio Hernández puede resolver.
«Hay veces que tenés que reconocer que hay cosas que no pudiste hacer porque el rival no te dejó, no siempre cuando uno pierde identidad es por una cuestión, muchas veces es reconocer que el rival no te dejó, que hizo las cosas mejor que vos, que te llevó a un lugar, un terreno, como nos pasó con Nigeria por su potencia defensiva, nos hizo abusar del dribbling, nos hizo jugar un básquet que no es el nuestro. Hay que aprender de eso.», reconocío el entrenador. Y es verdad, en el primer partido Argentina tuvo muy buenos pasajes ofensivos, encontró en Luis Scola una puerta de conversiones y en Campazzo la rotación de la pelota. Pero, al ser partidos de preparación, la idea no era buscar ganar, sino buscar rotar.
«En el primer juego estuvimos bien. Australia es un súper equipo, uno de los mejores del mundo y lo llevamos hasta la última bola con posibilidades de ganar. Estuvimos dentro de nuestra línea, de nuestra normalidad, haciendo una rotación muy larga, no nos olvidemos que el plantel tiene 14 jugadores y es distinto a cuando estás en la competencia, donde los cambios son más por el juego; acá son por oportunidades que uno le da a los jugadores para mostrarse, y eso hace que se desvirtué un poco el juego», sostuvo Hernández.
Buscando rotación, y probar a los jugadores en situación real de partido, apostó a combinaciones diferentes, y a darle lugar a todos para que pudieran llevar a la práctica lo que él espera de ellos. «Contra Nigeria y Estados Unidos se dieron dos cosas, en algunos momentos, no estuvimos demasiados concentrados y focalizados en nuestro trabajo, y entramos en la disputa de ver quien corre más o juega más uno contra uno», contó el Oveja en conferencia de prensa.
En el afán de salir a buscar el resultado, y en quebrar la buena defensa que presentó Nigeria, jugadores con la precisión de Scola o Campazzo se vieron perjudicados, pero poder reconocer esos errores ahora puede dar soluciones para Tokio. «Lo bueno es que ninguna cosa sucede porque seamos un equipo poco serio, desorganizado, indisciplinado, o que tengamos mala actitud, sucede porque el rival no lo permite o porque simplemente no estamos jugando el mejor básquet que podemos jugar», concluyó el entrenador.
Tanto Australia como Nigeria y obviamente Estados Unidos, son planteles con potencias similares a las que podrán encontrar en Eslovenia o España, próximos rivales de Argentina en los Juegos. Lo que se pudo ver en estos tres partidos de preparación es que Scola está en condiciones de penetrar, de tomar el tiro exterior y convertirlo, en profundizar y tomar rebotes… Campazzo, sigue con la intensidad que sostuvo durante su primera temporada en la NBA, corriendo todas las pelotas, tomando el tiro externo y asistiendo a sus compañeros.
Hay buenas vistas en jugadores que debutarían en los Juegos Olímpicos, como Leandro Bolmaro o Luca Vildoza, quienes han respondido correctamente en los momentos que les tocó jugar. También pareciera que las lesiones que azotaron a Pato Garino no presentarían secuelas, y Gabriel Deck puede seguir aportando solidez bajo el aro.
Nico Laprovíttola fue de menor a mayor en estos partidos, pero encontró su lugar frente al Dream Team, logró encontrar el tiro externo y aprovechó bien las faltas, algo que en los primeros encuentros le había costado capitalizar. Marcos Delía puede seguir aportando en los rebotes y Nico Brussino ha mejorado su respuesta ante los roces bajo el aro.
El lunes 26 se debelará el misterio, aunque previamente Hernández dará a conocer quienes serán los 12 confirmados para tomarse el avión a Tokio del 17 de julio. Les quedan 12 días de entrenamientos, concentración y ajustes para llegar lo mejor posible, y encontrar el mejor básquet que puedan jugar. Y no hay que olvidarse de que Argentina, como dijo Vildoza en la conferencia de prensa post partido, sigue siendo subcampeona del mundo.