Olimpicado, día 9
Dos campeones en salto en alto, un inesperado campeón de los 100m, y un numeroso desempate por la medalla en el golf. Esto, y mucho más, en una nueva edición del Olimpicado
Felices los dos
Luego de fallar sus tres intentos de saltar 2,39m, el qatarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi estaban empatados en el primer lugar, tras haber pasado todas las alturas previas, hasta 2,37m, sin ningún intento fallido. Un oficial se les acercó, y les preguntó si querían desempatar; sin embargo, Barshim y Tamberi decidieron dejar la competencia así, y de esta manera, ambos se consagraron campeones olímpicos. Un hecho histórico en el salto en alto, y también una muestra de compañerismo de ambos atletas, sabiendo que los dos merecían ser campeones. Para ambos fue su primer título olímpico.
Tamberi sumó además otra curiosidad: durante la final, siempre se vio cerca suyo un yeso, que fue el que debió utilizar hace unos años, tras una lesión ligamentaria que lo marginó de los Juegos de Rio 2016. El italiano escribió en él “camino a Tokyo 2020”, representando lo que debió sufrir para poder competir en sus segundos Juegos Olímpicos, luego de Londres 2012. Después de este oro, no sería extraño que este elemento se volviera una cábala para Tamberi.
El elegido
En los primeros Juegos Olímpicos sin Usain Bolt, uno de los grandes interrogantes era quien lo sucedería como campeón de los 100m, para convertirse en el hombre más rápido del planeta. Sin Justin Gatlin, todas las fichas recaían en el canadiense Andre De Grasse, bronce en esta carrera en Rio 2016, y también en el mundial de Doha 2019. También aparecía como candidato el estadounidense Fred Kerley, y algunos nombres asomaban por detrás.
Sin embargo, el ganador sorprendería a todos: el estadounidense nacionalizado italiano, Lamont Marcell Jacobs, que llegaba a Tokyo sin ningún resultado destacable previamente, y recién habiendo bajado los 10 segundos (9.95) en mayo de este año. Jacobs fue de menor a mayor en el torneo, para finalmente lograr el oro olímpico con un tiempo de 9.80s, que además significó un nuevo récord europeo. Relegados al segundo y tercer lugar quedaron Kerley y De Grasse, respectivamente. Y este atleta de 26 años. nacido en El Paso, Texas, que representa a Italia por ser su madre oriunda de este país, se robó todos los flashes, al llevarse la carrera más importante, o al menos más trascendente, que tiene el atletismo.
Orgullo sudamericano
Luego del reinado de la colombiana Caterine Ibargüen durante un tiempo, la prueba de salto triple femenino cambió de manos en los últimos años, y pasó a ser dominada por la venezolana Yulimar Rojas. Yulimar es la bicampeona mundial vigente (2017-2019), y llegaba a Tokyo 2020 como la clara favorita al oro. Y vaya si cumplió.
Ya en el primer salto, logró una marca de 15.41m, lo que significó un nuevo récord olímpico. De arranque, la prueba parecía terminada. Y así fue, aunque todavía hubo lugar para un hito más: en su último salto, Rojas metió 15.67m, una marca que superó por 15cm el récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets, que estaba vigente desde ¡1995! Una jornada histórica para el atletismo, para Venezuela, y por supuesto, para Yulimar Rojas, que no sólo se consagró campeona olímpica, sino que se inmortalizó como una de las más grandes atletas latinoamericanas de la historia.
Un desempate numeroso
El torneo de golf masculino de Tokyo 2020 terminó ayer, y tuvo una definición más que apasionante. El estadounidense Xander Schauffele se consagró campeón, tras vencer por apenas un golpe al eslovaco Rory Sabbatini. Sin embargo, aún más apasionante fue la definición por la medalla de bronce, que debió definirse en un desempate entre ¡siete! golfistas.
El taiwanés C. T. Pan, el estadounidense Collin Morikawa, el irlandés Rory McIlroy, el británico Paul Casey, el chileno Mito Pereira, el colombiano Sebastián Muñoz y el japonés Hideki Matsuyama fueron los protagonistas de este histórico desempate. Para ello, debieron competir entre sí en los hoyos 18, 10 y 11. Matsuyama y Casey quedaron eliminados en el primer hoyo, y tras igualar los 5 restantes en el segundo, McIlroy, Pereira y Muñoz quedaron afuera en el tercero. Así, la definición quedó mano a mano entre Morikawa y Pan, imponiéndose el oriundo de China Taipei gracias a un par final, subiéndose de esta manera al tercer escalón del podio.
Sorpresas por doquier en la gimnasia artística
La primera jornada de finales por aparato de la gimnasia artística dejó muchas sorpresas, y países que coronaron actuaciones históricas. La brasileña Rebeca Andrade, que hace unos días se había convertido en la primera gimnasta latinoamericana de la historia en lograr una medalla olímpica, agigantó ahora su figura: se consagró campeona olímpica en salto del potro, con una puntuación de 15.083, siendo la única finalista en superar los 15 puntos. Segundo oro de la historia para Brasil en gimnasia artística, siendo el anterior el de Arthur Zanetti en anillas, en Londres 2012.
También en la rama femenina, quien hizo historia para Bélgica fue Nina Derwael. La dos veces campeona mundial en barras asimétricas logró ahora trasladar su hegemonía en el aparato a los Juegos Olímpicos: se consagró campeona con un puntaje de 15.200, superando con comodidad a la rusa Iliankova, que sumó 14.833. Primer oro en gimnasia artística para Bélgica en la historia de los Juegos, y además primera medalla en la rama femenina.
Por último, en la competencia de suelo masculina, quien sorprendió a todos fue Artem Dolgopyat. Con una calificación de 14.933, igualó con el español Rayderley Zapata; sin embargo, al tener su ejercicio una dificultad ligeramente superior, se terminó llevando el oro. Primera medalla olímpica en gimnasia artística para Israel, en lo que además fue apenas la segunda dorada olímpica en toda su historia. Una jornada para el recuerdo en la gimnasia artística, y las que vienen prometen ser igual de apasionantes.
Primer beneficiado por los protocolos COVID
El pasado miércoles, la embarcación italiana de cuatro remos sin timonel logró la medalla de bronce, con Matteo Castaldo, Matteo Lodo, Giuseppe Vicino y Marco di Costanzo. Sin embargo, esa no era la tripulación original; el cuarto integrante era Bruno Rosetti, y no di Costanzo. La razón por la que Rosetti no estuvo en la final, luego de haber participado en la ronda previa, que clasificó a su equipo a la final, fue porque dio positivo en un testeo de COVID. De esta manera, tuvo que ser reemplazado.
Si estos Juegos Olímpicos se hubieran disputado en circunstancias normales, Rosetti no se llevaría medalla, ya que no estuvo en la final. Sin embargo, gracias al protocolo COVID que se diseñó para el evento, el remero italiano si podrá recibir una presea, según confirmó el Comité Olímpico Internacional (COI). Según se previó, si un miembro de un equipo participó de las fases eliminatorias, pero no pudo estar en las fases decisivas por COVID, y su equipo obtuvo medalla, este miembro del equipo igualmente recibirá una. Este fue el caso de Rosetti, que finalmente tendrá final feliz.
Rosetti es el primer deportista beneficiado por estas reglas COVID, planificadas por el COI para no impactar negativamente en los atletas que se contagiaran durante una competencia. En el caso de los deportes individuales, se prevé que, si un deportista da positivo durante un evento, se le otorgará el premio mínimo que habría recibido de poder seguir compitiendo; esto puede incluir hasta una medalla de plata, en caso de que un deportista diera positivo antes de disputar una final, aunque si sería reemplazado para esta instancia, con lo cual habría dos medallas de plata.
Foto: Olé