Esta es la historia de Nicolás Capogroso, uno de los jugadores del seleccionado argentino del vóley playa quien está cumpliendo 27 años en el día de la fecha.
Un día como hoy, en la ciudad de Rosario, nacía Nicolás Matías Capogroso. De muy chico sabía que su deporte tenía que tener una pelota, independientemente del que fuere. Siendo un purrete, disfrutó del fútbol. Y como hincha de Newell´s Old Boys que es, participó como arquero en las infantiles de la institución rojinegra en la sede de “Malvinas”, ubicada en Zeballos entre Avenida Francia y Vera Mújica.
Sin embargo, a la edad de doce su vida cambió. Decidió alejarse de la número cinco para probar suerte en el voley indoor, de la mano de su padre, Néstor, quien ya jugaba. Ingresó a Sonder como primer paso en este deporte que hoy lo tiene como uno de los exponentes masculinos.
Cuando rondaba entre los dieciocho y diecinueve años, el voley playa terminó por cautivarlo. Ian Mehamed, Santiago Aulisi y Pablo Bianchi fueron las duplas en el proceso del beach.
En el 2016 se unió a Julián Azaad, con quien fue bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 al derrotar en el partido por el tercer puesto a los canadienses Aaron Nusbaum y Michael Platinga por 2 a 1 (21-17 y 21-18). Tras cinco años con Azaad, decidieron buscar nuevos horizontes. El último torneo que disputaron juntos fue el World Tour de cuatro estrellas en Itapema, donde cosecharon dos derrotas en igual cantidad de partidos: ante Jyrki Nurmimen y Santeri Siren, de Finlandia; y frente a Victor Goncalves Felipe y Renato Andrew Lima de Carvalho, de Brasil.
El presente lo ve unido con su hermano Tomás, quien fuera bronce en el Mundial de indoor de Túnez 2019. Ambos vienen de ser subcampeones de la segunda etapa del circuito sudamericano realizado en San Juan. Juntos aspirarán a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Nicolás Capogroso, este joven rosarino que entrena en “La Florida”, en su casa, está de festejo un 15 de enero, por sus 27 años de vida.
Fotos: Deportv / Nicolás Capogroso facebook
