Lia Thomas es una nadadora de la Universidad de Pensilvania. Hace unos días se convirtió en la primera transgénero en ganar una competencia de la NCAA del deporte, en los 400 m libres. Esta situación generó conflictos entre sus compañeras y el ambiente de la natación.
Por Sol D’Amato
Lia Thomas es la primera nadadora trans en ganar una competencia en la NCAA, el torneo universitario más importante de los Estados Unidos. Ella forma parte del equipo de competición de la Universidad de Pensilvania. A fines de la semana pasada se realizó una competencia de natación nacional y Thomas obtuvo el primer puesto en 400 metros libres, con un tiempo de 4:33.24, un segundo antes que la subcampeona olímpica de Tokyo 2020 Emma Weyant.
Tanto ella como Erica Sullivan, tercera en la competencia, se negaron a compartir el podio con Thomas, y la foto de la polémica recorrió el mundo. Sus compañeras, o parte de ellas, emitieron un comunicado en su contra, donde, entre otros pedidos, solicitan: “Apoyamos plenamente a Lia Thomas en su decisión de afirmar su identidad de género y hacer la transición de hombre a mujer. Lia tiene todo el derecho a vivir su vida con autenticidad”, dijeron en la carta. “Sin embargo, también reconocemos que, cuando se trata de una competición deportiva, la biología del sexo es una cuestión distinta de la identidad de género de alguien. Biológicamente, Lia tiene una ventaja injusta con respecto a su competencia en la categoría femenina, como lo demuestran sus clasificaciones, que han pasado del número 462 como hombre al número 1 como mujer”.
Thomas dijo previamente que se dio cuenta de que era transgénero en el verano de 2018, pero lo mantuvo en secreto, temiendo que declararlo le quitara su capacidad de nadar. “Estaba luchando, mi salud mental no era muy buena. Había mucho malestar, sobre básicamente sentirme atrapada en mi cuerpo. No me sentía bien”, aseguró.
En la actualidad, la NCAA exige a las atletas transgénero un año de terapia de sustitución hormonal (TSH) para poder participar en deportes femeninos. Thomas dijo que comenzó la TSH en mayo de 2019 y se declaró trans ese otoño, y ya recibió la aprobación de la NCAA para su participación en el campo femenino.
Pero luego de este resultado, la competencia decidió modificar el período de terapia a tres años, para retomar la competencia, y que demuestren a un panel de expertos médicos que no tienen una ventaja competitiva sobre las mujeres cisgénero. Estas normas se aplicarán por fases en las próximas temporadas.
Lia Thomas: el después de la victoria
Tras las polémicas devoluciones de la victoria de Thomas en la NCAA, crecieron los comentarios a favor y en contra de la nadadora. Los vestuarios, espacio donde se comparte buena parte del entrenamiento, parecen ser un lugar de conflicto: “Es incómodo porque Lia todavía tiene partes masculinas y se siente atraída por las mujeres”, explicó una de las compañeras de UPenn. También admitieron que la misma Thomas les confesó que tenía relaciones con otras chicas. Cuando trataron de elevar una queja, les obligaron a darse la vuelta “y aceptarlo”. La otra solución era que no usaran ese vestuario.
En consecuencia a este suceso, se ha levantado un movimiento “Save Womens Sports” (Salven el deporte femenino). Beth Stelzer es la fundadora de la organización, que se opone a que las atletas transgénero participen en competencias femeninas, o lo que ella llama: “una lucha contra el borrado de la mujer”. En el Centro Acuático McAuley de Georgia Tech se produjeron enfrentamientos entre este grupo y otros manifestantes que defienden los derechos de las mujeres trans. La policía tuvo que intervenir en el campus en varias ocasiones.
En el mundo de los nadadores, el caso más resonante fue el de Michael Phelps, quien opinó que no cree que Thomas haya competido en condiciones justas en toda su carrera y comparó la polémica que la rodea con el dopaje. “Creo que esto nos lleva nuevamente a los comités organizadores, porque tiene que ser un campo de juego nivelado. Eso es algo que todos necesitamos. Porque eso es lo que son los deportes. Para mí, no sé a dónde va a ir esto. No sé qué va a pasar”, apuntó el ex atleta.
En tanto, el presidente de World Athletics, Sebastian Coe, se mostró rotundo sobre este caso: “Es inevitable que se quiera seguir entendiendo y aprendiendo sobre cualquier elemento de la ciencia, pero no tengo dudas de que la testosterona es una pieza clave en el rendimiento. Mira la naturaleza de las niñas de 12 o 13 años. Recuerdo cuando mis hijas solían dejar atrás a los chicos de su clase, pero tan pronto como les llegó la pubertad, esa diferencia se abrió y aumentó. El género no puede triunfar sobre la biología”.
Coe advirti que, si el caso de Lia Thomas no se lleva de forma correcta, pondría en serio riesgo al deporte femenino. “Si no afrontamos esto de forma correcta, creo que la integridad de la mujer en el deporte y el futuro del deporte femenino se presenta muy frágil”.