La campeona olímpica Cecilia Carranza Saroli, militante de los derechos de la comunidad LGBTQ+, analizó que en el deporte “existe una violencia simbólica muy naturalizada” y destacó la importancia de “poder visibilizar” diversidades relacionadas con la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad.
Cecilia Carranza comenzó hace pocos días un ciclo de entrevistas, “Identidades TNT Sports”, en el que conversa y reflexiona con deportistas trans, gays y con discapacidad a través del recorrido de sus historias de superación.
“El objetivo es poder visibilizar y naturalizar algunas problemáticas para generar identificación”, explica la rosarina en una entrevista con Télam sobre los envíos que se emiten semanalmente los miércoles hasta el próximo 4 de mayo. La regastista de 35 años advirtió que en el deporte “existe una violencia simbólica que muchas veces muta a violencia física y provoca el abandono de la actividad en las personas receptoras de esa violencia”.
En lo vinculado con la orientación sexual, ese rechazo cultural a la diversidad se genera por “un estereotipo de masculinidad presente en la sociedad” que obliga al deportista a “ser fuerte, macho y tener una hembra a su lado“.
“Habiendo tantos gays, ¿cómo puede ser que en el fútbol no haya ninguno? Evidentemente es porque no se están animando a decirlo”, reflexionó el basquetbolista Sebastián Vega, el primer entrevistado del ciclo.
“Cuando me llamaron del canal me sorprendió, primero porque no soy entrevistadora y me inquietó mucho por qué había pensado en mí y su respuesta me pareció muy lógica: ‘estamos buscando alguien que haya vivido en primera persona’ cuestiones que tengan que ver con ser parte del colectivo LGBTQ+ y que también haya sido deportista como para poder sostener una charla sobre temas que nos interesara visibilizar. Me dieron ganas de decir que sí porque en mi historia personal me hubiera encantado tener a mano historias reales de personas que estuvieran pasando por lo mismo que me estaba pasando a mí”, admitió la deportista.
“El objetivo principal es poder visibilizar para naturalizar cuestiones que lamentablemente todavía no están naturalizadas. Algunos temas existen, están, pero que si no los vemos no nos sentimos identificados. Yo no veía una pareja de lesbianas en una novela teniendo hijos y hasta hace no mucho tiempo seguía sin poder imaginarme una familia que vaya más allá de la familia heterosexual ‘normal’ que nos mostraron toda la vida. Esa falta de visibilidad hace que yo sienta que no es posible y también hizo que mi mamá sienta que yo estaba mal o confundida cuando descubrí de chica lo que me estaba pasando. Eso me hizo a mí muy difícil mi vida en mi adolescencia cuando decidí tener una pareja mujer”, agregó.
Respecto a su ciclo de entrevistas, agregó además que ven “como muchas veces no se valora a las personas con discapacidad por el trabajo que hacen, sino que se las valora por simplemente vivir y ser discapacitados. Esas personas han tenido un problema en su vida como podemos tener todos, lo superaron como un obstáculo más y hay que valorarlas por el trabajo que hacen como deportistas, por el esfuerzo que realizan y por lo superador que es ser deportista y lograr los resultados que logran”.
Entre los testimonios recopilados, está el caso de una deportistas trans mujer: “Enseguida lo primero que se dice es: ‘ah tiene ventaja deportiva por las testosteronas’ y quizás ni siquiera saben que esa persona tiene que hacer un proceso hormonal con testeos para ver si está habilitada a competir en un equipo femenino”.
“Un objetivo que debemos perseguir como sociedad es que los espacios estén abiertos para todas las personas. En el caso de los deportistas trans, todos debieran tener un espacio deportivo, ¿por qué vamos a negárselo? Podemos debatir sobre si es justo o no la competencia a nivel olímpico, pero mientras tanto que la niña o el niño trans que está viviendo ese proceso y que tiene ganas de hacer deporte lo pueda hacer. Hay que asegurarle ese espacio. Después habrá gente que tenga que debatir el tema en la alta competencia y en relación a esto, por todas las historias que escuché, dudo firmemente que haya alguien que se atreva a hacer ese cambio, con lo traumático que es, sólo para tener ventaja deportiva”, comentó Carranza respecto al deporte por identidad de género, y no por sexo.
En la mirada estrictamente deportiva, la regatista aseguró que “Hay una violencia simbólica, que está muy naturalizada, que luego muta a una violencia física y eso provoca el abandono de la actividad en las personas receptoras de esa violencia“.
“Seba Vega, jugador de básquet de la Liga Nacional, me dijo: ‘no es que quiero que haya más gays en el mundo, pero me pregunto: siendo que somos tantos gays, ¿cómo puede ser que en el fútbol no haya ninguno? Evidentemente es porque no se están animando a decirlo’. En ese sentido, las mujeres lesbianas la tenemos más fácil, parecería que está todo más abierto, pero en el caso de los hombres creo que sufren mucho por el estereotipo de masculinidad que tenemos en la sociedad y eso hace que si sos deportista tenés que ser fuerte, macho y tener una hembra al lado. En teoría, si sos gay no sos ni fuerte ni macho”, dijo.
Para cerrar, reflexionó sobre cómo ve ella la posibilidad de desterrar la discriminación. “Es cuestión de relacionarse con gente que tenga discapacidad o una orientación sexual diferente para entender que son lo mismo que los demás. Hay buena gente, mala gente, gente positiva, gente negativa, más allá de las capacidad y las elecciones. Para eso tenemos que tener la mentalidad abierta de querer relacionarnos y quienes formamos parte del colectivo LGBTQ+ también debemos tener paciencia para generar conciencia y cambios”.
Fuente: Télam