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Revolución y experiencia: el análisis del Campeonato Argentino de Natación

Una semana después del comienzo del nacional de mayores, ¿Qué nos dejó el certamen?

Por: Franco Zabala

En Parque Roca, tuvo lugar el Campeonato Argentino de Natación, el torneo más importante de la disciplina en el país. Si hay que remitirse únicamente a lo que dicen los números, a lo largo de las cuatro jornadas se lograron un total de: 8 récords de categoría, más de 20 marcas clasificatorias para los Juegos Panamericanos Santiago 2023, más de 10 marcas B para el Mundial de pileta larga que se llevará a cabo en Fukuoka Japón, una marca A para el Mundial, y un récord absoluto. Todo esto incluye únicamente a las pruebas individuales, si contamos los relevos, hay que sumar otros 6 récords rotos.

En un análisis rápido y superficial, se puede entender que en cuestiones de marcas, el torneo fue un rotundo éxito, sin embargo, hay mucho más detrás de esto. Las medallas se llevan toda la luz de los reflectores, por lo que es normal que no se mencione que, en la primera jornada de finales, un juvenil quedó a tan sólo 2s de romper el récord de la categoría juvenil de los 800m libre.

Así es, Ignacio Stambuk de diecisiete años, con su marca de 8:17,32, se quedó a 2,30 de ser el mejor tiempo de la historia de la categoría, y aún le queda lo que resta del año, más todo el año siguiente, para poder romperlo.

En la prueba de 100m espalda, en la segunda jornada de finales, es destacable la marca que obtuvo la nadadora Cecilia Dieleke, quien además de haber logrado un 5º puesto con tan solo 14 años, se quedó a un segundo y poco de la marca del Panamericano. Uno podrá pensar que es una brecha muy grande para una carrera tan corta, pero se debe tener en cuenta que a esa edad, igual de grandes son los saltos de calidad que proporciona el crecimiento, y también es menester mencionar que los Juegos Panamericanos no son un torneo precisamente pensado para los juveniles.

En la misma jornada, pero en una carrera diferente, la que brilló fue la oriunda de Necochea, Guadalupe Angiolini. Esta nadadora de 15 años paró el cronómetro a los 27,70, marca que además de haberle brindado la presea de bronce y el récord de categoría, la dejó a tan sólo 46 centésimas de la marca B para Fukuoka.

Una jornada de finales después, Dieleke volvió a quedarse a segundos de lograr la marca, esta vez se quedó a 3s y un par de centésimas de lograr la entrada a Santiago en los 200m espalda. Como dato curioso, Angiolini logró una marca en los 100m mariposa que hubiera sido récord en la categoría juvenil (16-18 años), pero en su categoría (cadetes, 14-15 años), la marca de 1:02,52 se quedó corta.

En una capa más arriba de profundidad, podemos encontrar a dos estrellitas 2004, el pechista Dante Nicola, y el velocista Matías Santiso. Ambos consiguieron dos medallas de plata en los 50m, 100m y 200m de sus respectivos estilos. Lo destacable acá no es solamente haber logrado una o más preseas, es haberle pisado los talones a dos símbolos de la natación argentina. Gabriel Morelli es el campeón absoluto de los 50m, 100m y 200m pecho hace más de 10 ediciones; similar es el caso de Guido Buscaglia con las pruebas cortas de libre. El recambio generacional que se acerca es súper positivo, porque es uno en el cual pueden aprovechar tanto los juveniles, para aprender de sus mayores, como los mayores, para tener una competencia constante y sana.

Otros símbolos de la hegemonía acuática argentina que brillaron en este torneo, fueron las cordobesas Macarena Ceballos y Andrea Berrino. Ceballos, desde su operación de hombros, se encuentra imparable, y en este torneo, en la carrera de 100m pecho, se llevó el oro y de yapa sacó el pasaje para el Mundial de Fukuoka. Su compañera de equipo, Berrino, dio catedra en los 50m libreme instauró un nuevo récord absoluto, ¿Su primera escolta? Ceballos.

Tener demasiados campeones juveniles tampoco es una señal extremadamente positiva, la permanencia de apellidos fuertes y con tanta historia como los cuatro arriba mencionados es necesaria. De la misma manera que uno necesita juveniles en los altos puestos, porque indican una nueva generación a punto de tomar la posta, se requieren mayores, ya sea para guiar a los más jóvenes, o simplemente para conformar un equipo más amplio en los torneos.

Por fuera de la nota han quedado varios apellidos llenos de talento, tales como Alba; Hein; Portela; Christen; Vullo; Piñero; Saravia; Huusmann, y muchos otros más, pero la idea del escrito no era hacer un análisis personalizado uno por uno, sino más bien un punteo de lo que puede escaparse de las tapas del diario.

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