Sabrina Ameghino habló con Argentina Amateur sobre su experiencia olímpica en Río 2016. La palista nacional se mostró feliz por la experiencia y soltó que luego de la ausencia en Londres 2012 por un error administrativo lo vio como “una oportunidad y no una revancha”. Además se emocionó por la afectuosa recepción en Ensenada.
Por Fernando Torok
Divertida, genuina y muy feliz. Así se muestra Sabrina Ameghino, palista argentina que a los 36 años tuvo la chance de vivir en Río de Janeiro sus primeros Juegos Olímpicos. La representante nacional oriunda de Ensenada contó con la oportunidad de competir en K1 200 mts y K4 500 mts junto a María Magdalena Garro, Brenda Rojas y Alexandra Keresztesi.
Pero más allá de números y resultados, la argentina tiene una sonrisa inolvidable. Como casi todos los deportistas, estuvo en Barra de Tijuca viviendo en la Villa Olímpica y siendo parte de un evento que fue inolvidable para todos los asistentes: “La villa es un sueño, te sentís en tu mundo. Gente que por lo general tiene una historia parecida, con mayores o menores logros, pero que a pesar de las diferentes culturas o nacionalidades, hablan tu idioma. El idioma del sacrificio, la exigencia y la superación. Para mí era estar en Disney”.
Aún así, más fuerte la vuelta a su amada Ensenada (parte de La Plata, provincia de Buenos Aires). Entre lágrimas felices, lo recordó junto a Argentina Amateur: “Volví de madrugada, muy tranquila. Me dije: “safaste”. Al otro día llevé a ‘Verita’ –su hija de 10 años- al colegio, fui a hacer mandados y empecé a desarmar valijas. A eso de las 7 venían a saludarme y de repente sonaban las sirenas de los bomberos. En la puerta de casa, mucha gente con sus autos y banderas de conocidos y no tanto. Me llevaron en caravana por la ciudad, fue divertido y emotivo. Las personas me pedían para sacarse fotos, me felicitaban y agradecían. Fue hermoso”.
Río 2016 fue el sueño que hace cuatro años, en Londres, Sabrina pudo cumplir. Luego de haber estado clasificada a los Juegos, le confirmaron que la plaza disponible la cual iba a quedar en su poder no quedaba en manos de los países panamericanos sino en poderío europeo.
Así su sueño se vio frustrado hasta que en aguas sudamericanas tuvo la chance de poder estar: “Londres no fue porque se ve que no tenía que ser, ya pasó. Río fue una oportunidad, no una revancha. Y la aproveché al máximo. Los Juegos LOS VIVÍ. Disfruté cada momento personalmente y acompañada. Ese era un sueño haciéndose realidad. No puedo describir con palabras todos los sentimientos que me recorrieron. Pero si ves mis fotos o videos, la felicidad brota por los poros”.
Deportivamente hablando, tuvo mejores resultados en K1 200 mts. Después de clasificarse con lo justo a semis, estuvo a menos de un segundo de meterse en la Final B. Sobre su performance analizó: “Di mi máximo y la verdad hice una semifinal muy buena”. Y agregó: “Tal vez preparando ese bote sólo hubiese andado mejor o tal vez no (entre risas), yo lo disfruté muchísimo”.
Por otro lado en K4 terminó 13° en la tabla general, apenas por encima de Serbia. Y sobre esto no dudó: “El K4 fue excelente, yo sé que no ganamos y que llegamos atrás. Pero el bote dio su máximo potencial, se sintió increíble. En dos años el bote se hizo olímpico y aparecimos en la foto. Antes, desde la salida, ya nos mataban. Ahora estamos. Falta, hay que laburar, pero estamos”.
Sin perder su refrescante gracia, Ameghino se negó a hablar de objetivos a futuros, pero ante la pregunta de estar en Tokio 2020 respondió con una sonrisa: “Quiero, no te voy a mentir. Pero vamos por partes, dijo Jack el destripador”.
