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Gimnasia

El drama de las lesiones de Julián Jato

El gimnasta argentino, que apenas tiene 19 años, atravesó un vasto historial de lesiones, a las cuales se sobrepuso y hoy considera superadas. “Es como una filosofía que te crean en la que te inculcan que aunque te duela tenés que seguir”, relató.

Es probable que quienes tengan un poquito de memoria recuerden ese maldito momento (como la canción de los uruguayos No Te Va Gustar) en el que se conoció la fatídica noticia la aire de que Jato tenía una lesión grave que lo marginaba de la competición en los Juegos Panamericanos de Lima. Esa fue la más reciente lesión del joven gimnasta, quien ya, afortunadamente, volvió a competir al más alto nivel en las Copas del Mundo de 2020 -hasta su suspensión por coronavirus-.

Expertas y expertos en medicina podrán explicar si se trata de cuestiones genéticas esta propensión o tendencia que tienen algunas personas a lesionarse con mayor frecuencia. En el alto rendimiento esto se suele acentuar debido a las exigencias a las que los deportistas se someten. Y así le sucede a Julián Jato, que con 19 años se podría decir que para contar sus lesiones le hacen falta un poco más que los dedos de una mano.

“Tengo un historial muy grande, soy tendiente a tener muchas lesiones. En la gimnasia, como en cualquier deporte, tenés lesiones por sobrecarga que se van generando con el tiempo”, comenzó Jato su charla por Instagram Live con la cuenta Espartano360.

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Y prosiguió realizando un racconto de todas las distintas dolencias que atravesó a lo largo de su vida: “A los 7 años me fracturé el brazo en mi casa, me recuperé y después de un mes de volver a entrenar me volví a romper. Fue un error médico, yo no estaba bien preparado para volver a entrenar…”.

Siete años después, siendo un adolescente en desarrollo, padeció una de las lesiones más graves: la fractura de una vértebra por estrés. “Me dolía la espalda y yo no quería dejar de entrenar. Es como una filosofía que te crean en la que te inculcan que aunque te duela tenés que seguir, aunque ya está cambiando por suerte. No me podía operar porque sino no podía volver a entrenar; pero afortunadamente, con un tratamiento específico, pude evitar la intervención quirúrgica”, relató. Y es cierto que se genera polémica, porque si bien el alto rendimiento implica llevar al máximo las habilidades y su entrenamiento, ¿hasta qué punto es salud?

2015 lo sorprendió con una nueva lesión, esta vez tras haberse cortado un ligamento de la planta del pie, lo que le produjo un parate de seis meses. Si hay algo que siempre le jugó a favor fue la edad: la recuperación se optimizaba de manera más rápida que en los demás.

Sin embargo, la más traumática -confesó- fue la de los Juegos Panamericanos de Lima, a los cuales llegaba con una muñeca operada también por estrés: “Estaba haciendo el salto del primer aparato, el cual era nuevo y con mayor dificultad para agregar puntaje… pero tuve una mala caída y me fracturé el maléolo de tibia y peroné”. El discípulo de Federico Molinari enfatizó el hecho de que esta experiencia lo marcó por demás por haberse encontrado en un torneo internacional de gran envergadura y alcance y, sobre todo, luego de haberse preparado tanto para esa competición. “Fue una de las lesiones más duras a nivel mental”, admitió.

Justamente esa parte mental, según él, es lo más difícil de recuperar. “A mí nunca me había gustado ir al psicólogo deportivo, pero a mi me ayudó mucho. Significa un pilar muy importante, como la familia, los compañeros y el entrenador; son algo clave para no perder la motivación y la chispa”, dijo.

¿Cómo lo hizo entonces? ¿Cómo es que después de tantas lesiones a tan corta edad Julián Jato se mantiene con sus deseos de triunfar? “La única manera es tener presentes los objetivos, dejar todo lo negativo de lado e intentarlo otra vez”.

Foto: Martín Waichman para AAD

Micaela Piserchia

Soy periodista deportiva y social media manager. Dirijo Argentina Amateur Deporte y trabajo en C5N.com. Cubrí JJ. OO Río 2016 y Tokyo 2020. Estuve en DEPORTV y en Olé.

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