Con altísimo nivel en distintas áreas del juego, la Selección masculina se alzó en el último lugar del podio. Ese que también se festeja y se disfruta.
A todo amante del deporte, sea cual sea, nos viene a la cabeza aquella participación del vóleibol argentino en los Juegos Olímpicos de Seúl 88. Aquel partido también se definió en tie brak y frente a Brasil. Y, por qué no, un mismo apellido: Conte.
Pero si nos enfocamos en el partido, ese partido con vaivenes lógicos de un match por una medalla. Ese partido empezó bien. Con una argentina pensando en cada punto, en una Selección pegándole a la pelota como si fuera la última. Los pasajes lógicos dentro del juego se dan, y este equipo lo tuvo. Pero pudo salir sin contratiempos y se calzaron el primer set por 25-23.
El segundo set fue menos disputado que el primero, ya que Brasil fue dueño en casi todo el match. El esfuerzo de Argentina por emparejar las acciones fue positivas, porque esto se va a sentir con el correr de los minutos y del partido. La regularidad del set para Brasil lo sintió Argentina y la verde amarelha se quedó con el segundo por 25 a 20.
El tercer set fue totalmente distinto al segundo. Argentina pisó fuerte y se alejó en el tanteador, pero Brasil es Brasil y por algo son los número uno del Mundo. Entre bloqueos y puntos desde el saque, lo de Renan Zotto lograron la paridad y darlo vuelto con una buena diferencia, algo que siguió hasta el 25 a 20 que cerró el set.
Sin embargo, este equipo nos tiene acostumbrados, o mal acostumbrados, a que el poder es sinónimo de sacrificio y temple. Y con todo ese combo sumado buenos saques, excelentes ataques y Agustín Loser como máximo bloqueador, los dirigidos por Marcelo Méndez logró solidez y un envión anímico que puso en jaque a Brasil durante todo el cuarto set. Fue para Argentina por 25-17.
Ya el quinto fue a matar o morir por parte de Argentina. Loser siguió intratable en defensa y bloqueos. Santiago Danani fue determinante en cada bomba que recibía cuando sacaba Brasil. Facundo Conte fue un atacante poderoso al punto tal que algunos puntos clave llego desde su pegada. Fue 15 a 13 con un gran bloqueo de Loser para que se grite en cada rincón del Airake Arena.
No podemos dejar de mencionar a Federico Pereyra, Matías Sánchez, Luciano De Cecco, Cristian Poglajen, Sebastián Solé, Bruno Lima, Ezequiel Palacios, Martín Ramos y Nicolás Méndez.
Afuera quedaron grandes jugadores, pero a pesar de esto, los 12 que dejaron la vida en cada pelota nos representan tanto como todos los jugadores que pasaron y vistieron la camiseta celeste y blanca.
Pasaron 32 años para que el vóley argentino esté nuevamente en un podio olímpico. Mucho sacrificio, muchos cambios, pero con las mismas ganas de siempre: dejar a la Argentina en lo más alto.
Fotos: Martín Waichman para AAD