La pelea llegó a su fin y World Aquatics salió favorecido en las demandas que enfrentaba por parte de nadadores y la ISL.
La federación internacional World Aquatics y la International Swimming League desarrollaron un conflicto cuando surgió esta segunda. Por un lado se temía que los nadadores se vuelquen a la ISL por la posibilidad de competir y ganar dinero, y por el otro que sean castigados por la entonces llamada FINA.
El caso terminó en la justicia norteamericana, donde se trataron dos demandas antimonopolio desde la ISL, y otra con los principales nadadores involucrados, Tom Shields (EE.UU.), Michael Andrew (EE.UU.) y Katinka Hosszu.
El resultado del fallo fue que: “el Tribunal reconoce que el expediente está repleto de pruebas de la preocupación de la FINA sobre la competencia de ISL. Pero, ¿y qué? Las leyes antimonopolio no requieren que un competidor ayude a otro a competir con él; en cambio, sólo prohíben las restricciones irrazonables del comercio”.
Por otro lado se determinó que World Aquatics no podía obligar por contrato a los nadadores a participar en torneos de organización, mientras que ISL contaba con un gran caudal económico para llevar a cabo sus competencias y contratos. También se concluyó que FINA no pudo sancionar o amenazar a los deportista ya que no hay una regla en su estatuto que los permita.
Por último, el presidente de World Aquactics, Husain Al-Musallam, expresó:“World Aquatics agradece a la jueza Corley por su decisión reflexiva y justa. Nos complace que ponga fin a un período de incertidumbre. Y estamos agradecidos por la claridad que proporciona la decisión de la Corte”.
Conflicto entre ISL y FINA
En 2018 el organismo de la ISL llevaría a cabo el evento Energy for swim, como competencia privada y con estrellas de la natación. Pero FINA advirtió que quién participará recibiría sanciones. Las mismas podrían ser de dos años y dejar a los deportistas fuera de los Juegos Olímpicos.
La FINA se amparaba en el estatuto, debido a que para competencias internacionales deben pedirle autorización con seis meses de anterioridad. Esta norma no se aplica a torneos nacionales por lo que Energy for swim fue modificado. Sin embargo, fue cancelado en noviembre, estaba previsto realizarse en Turín, Italia en diciembre.
Entonces las figuras Katinka Hosszu, Michael Andrew y Tom Shields iniciaron una demanda colectiva contra FINA por violar la ley antimonopolios de Estados Unidos. La ISL también tomó medidas legales por separado.
Finalmente la FINA desistió y reconoció que los nadadores son libres de participar en competiciones organizadas por otras entidades. Pero no reconocerá los registros, al menos que los organismos pidan autorización. Tampoco habrá sanciones para los competidores.
Foto: World Aquatics
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