Sebastián Closter, líbero de la Selección argentina masculina de vóley, dialogó con Argentina Amateur sobre el presente de un equipo sin precedentes, que es campeón panamericano y espera dar el batacazo en los Juegos Olímpicos de Río.
Por Micaela Piserchia
No hay con qué darle a este 2015 del vóley. Y menos a este plantel de muchachos que dejaron alma y vida en cada pelota para generar recuerdos imborrables desde los Juegos Panamericanos –en donde fueron campeones- hasta el Preolímpico de hace unos días, torneo en el que se quedaron con la única plaza para los Juegos Olímpicos que estaba en juego. Porque hicieron vibrar y sufrir (en el buen sentido) a propios y ajenos, porque contagiaron ganas, energía, pero por sobre todas las cosas, emoción. Sebastián Closter es uno de los soldados que Julio Velasco elige para sus batallas y, ya instalado en Francia para jugar con el Chaumont, dialogó con Argentina Amateur para narrar algunos momentos especiales del año, elogiar a su team y agradecer el apoyo. Sin embargo, sobre 2016 no dio certezas: “No sé si habrá sorpresas para Río, cada jugador tiene que hacer lo mejor en su club para ser convocado por Julio porque nadie tiene el puesto ganado”.
¿Es 2015 el mejor año para Argentina en el vóley si se tienen en cuenta los torneos jugados?
No sé si es el mejor año de la Selección, lo que sé es que cada uno de los jugadores deja lo mejor porque la camiseta y se ven los resultados partido a partido, de a poco se están logrando los objetivos y vamos mejorando con cada juego. Lo bueno es seguir por este camino para seguir creciendo y aprendiendo individualmente para que después sume todo para el equipo.
Contra Venezuela se complicó porque les quebraron cuando tenían la victoria al alcance de la mano. ¿Cuál fue el factor determinante para salir adelante?
Fue un partido difícil frente a Venezuela, fue un rival que nos puso en crisis en el último set, y lo determinante fue que Argentina fue frío en los momentos claves; al final del set hizo las cosas fáciles muy bien y entró el saque que por ahí no venía sucediendo durante el partido. Pudimos quebrados en recepción y sacamos una buena ventaja que nos dio la tranquilidad para poder llevarnos el partido a nuestro favor.
Estando adentro, ¿cómo describirías a tus compañeros, que en cada paso que dan hacen historia en el deporte?
Es un grupo espectacular que se entrena mucho, un equipo con todas las letras, unido y que en cada partido deja todo y se va vacío de la cancha. Pienso que por ahí este último tiempo la gente se enganchó mucho con la selección porque el equipo transmite mucho en cada partido; la gente no se enamoró de los buenos resultados que obtuvimos si no de la entrega de cada uno de los jugadores que fue haciendo partido a partido.
¿Cuáles son las claves, a tu criterio, para el éxito argentino?
La clave para crecer es trabajar con humildad, dedicación y esfuerzo, captar rápido las cosas que dice y propone Julio para el crecimiento del equipo y tirar siempre para el mismo lado. Muchas cosas del juego pasan por ahí, a mi criterio. Dejame agradecer a mi familia que son el pilar fundamental dentro de mi vida y mi carrera deportiva, a mis amigos, a mi novia y a toda mi familia que me apoyan y siguen incondicionalmente. También a toda la gente que sigue y apoya a la selección. A mi abuelito Maravilla y abuelito Carlos que están en cielo y seguramente me están apoyando y siguiendo desde allá arriba. Simplemente gracias…
