¿Cómo puedo superar mi miedo al agua?

La hidrofobia es un miedo extremadamente común, acá un par de consejos para ayudarte a superar el miedo al agua.
Es fundamental primero entender que no existe una táctica que cure de espanto a todas las personas, en parte porque foguearse es un proceso, y en parte porque no a todos les sirven las mismas prácticas.
5 pasos para superar el miedo al agua en natación
1º Paso: comenzar
Lo más importante es empezar a tener contacto con el agua, preferentemente en algún club o pileta donde se puedan tomar clases de a grupos y con un profesor. Este último ayudará a generar la sensación de seguridad que se requiere para poder dar nuevos pasos en el aprendizaje, y el conjunto de colegas siempre viene bien para que la actividad se vuelva más amena.
De cualquier manera, cuidado con las clases masivas, un profesor tiene límites y no podrá prestar la misma atención si debe encargarse de muchos nadadores a la vez.
2º Paso: despacio
De a poco. No hay ningún apuro de cara a terminar con una fobia, el objetivo no es volverse un deportista de alto rendimiento y muchas veces la ansiedad puede ser contraproducente.
Si bien es una gran idea incrementar paulatinamente la cantidad de clases a la vez que la duración o exigencia de las mismas (digamos, primero sumergirse por completo, luego arrancar a nadar), debés tener precaución con no sobrepasarte.
3º Paso: comodidad
Un poco de la mano con el primero, pero en un ámbito más personal. Cada uno tiene diferentes mañas y necesidades a la hora de calmarse, y no tenés por qué sentir vergüenza de utilizar equipamiento diferente o de no seguir el ritmo de tus compañeros.
A veces las sungas o las antiparras de competencia pueden ser incómodas, debido a que su diseño está pensado para un fin diferente al que buscás.
Es mandatorio entonces encontrar la combinación que te permita moverte en el agua sin sentirte presionado o limitado, puesto a que esto ayudará a facilitar el resto de pasos.
4º Paso: tranquilidad
Los nervios son lo más común del mundo, mucho más si se trata de afrontar un temor. De la misma forma en la que es imposible aprender a nadar con una sola clase, es irrisorio pensar que las fobias desaparecen con un par de trucos; sin embargo, existen maneras de reducir al mínimo estos pensamientos dañinos.
Cada uno tiene sus formas, aunque los ejercicios de respiración y activación previos al entrenamiento son universales. Entrar de golpe y porrazo al agua, además de generar más chances de una posible lesión, puede hacer que te desesperes de sobremanera.
5º Paso: disfrutar
La natación es una actividad que, una vez aprendida, es beneficiosa para múltiples áreas del cuerpo. Además de entrenar la respiración y los músculos sin un fuerte impacto en las articulaciones, puede tener un gran uso como lugar de relajación o diversión, si así se quiere.
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