Magdalena Kast: “Hay que pelear para tener una fecha de Copa del Mundo en cada una de nuestras disciplinas”

La presidenta de la Federación Argentina de Ski y Alpinismo (FASA) dialogó en exclusiva con AADeporte sobre los desafíos que prevé para la temporada que se avecina, los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno y realizó un balance de las selecciones que dependen del organismo que preside.

Por: Facundo Osa

Ya sobre el final de la pretemporada, las competencias nacionales de invierno y el circuito sudamericano están a punto de comenzar. Magdalena Kast se encuentra en Bariloche para afrontar una nueva temporada al frente de FASA, federación que encabeza desde 2018, que, pese a no contar con Mundiales ni Juegos Olímpicos de mayores, incluye en su calendario los Juegos Olímpicos de la Juventud en Gangwon, Corea del Sur, evento en el cual Argentina todavía puede ampliar su delegación.

¿Cómo estás viviendo esta temporada baja y cómo estás manejando las expectativas para el circuito sudamericano que arranca en menos de un mes?

Como decís, estamos en una etapa inicial. Los chicos que pueden y están en condiciones, porque tenemos unos cuantos lesionados, están arrancando y entrenando en distintos lugares. Algunos con mejores condiciones que otros. En general, soy muy optimista así que si te tengo que describir estamos en una etapa que me genera muchas contracturas en la espalda y mariposas en la panza porque hay un montón de cosas que dependen de nosotros y otras que dependen de factores externos. Más allá del aspecto climático, que hoy es un gran desafío en el mundo entero, también estamos pendientes de los centros de esquí. Para llevar adelante toda nuestra actividad vamos al patio de alguien, entonces vamos analizando desde qué va pasando con la nieve hasta distintos acuerdos de las disciplinas con los distintos centros de esquí. 

Hace mucho tiempo que el esquí alpino es, por decirlo de alguna manera, nuestra estrella, lo que históricamente estuvo bajo el paraguas de nuestra federación. En los últimos años hicimos una diversificación muy fuerte en las otras disciplinas, y llevarlas adelante, sobre todo lo que tiene que ver con el freestyle, no es sencillo. Tiene mucha dependencia de la nieve para armar los parques y, a su vez, depende de la predisposición de los centros de esquí y de las máquinas específicas de cada uno de esos centros. Eso nos tiene un poco expectantes.

En el resto soy bastante optimista. Hoy en el calendario internacional tenemos 50 competencias organizadas por Argentina. Tenemos entre 30 y 40 organizadas por FASA y el semillero y si ponemos en perspectiva ese número con los tres meses que dura nuestra temporada es un montón y un gran desafío. Estoy contenta por tener ese calendario por delante y optimista porque lo podamos llevar adelante.

El año pasado el equipo francés vino a Ushuaia y armó una pista de moguls. En el caso de conseguir una diversificación completa, que sería lo único que le falta a FASA en esos términos, ¿de quién dependería la inversión? ¿De la Federación, del centro de esquí, entra en juego el presupuesto de la Secretaría de Deportes?

En lo que tiene que ver con el armado de pistas y todo lo que confluye en el armado de pista para una competencia, depende de los centros de esquí y de la Federación en algunos casos. El apoyo de los organismos nacionales (Secretaría de Deportes, ENARD y/o COA) está orientado al acompañamiento de los atletas y a las giras de competencias. Hoy no existe el apoyo en lo que respecta a infraestructura. Sobre el equipo francés de moguls, esto se hizo hace unos años en el Cerro Catedral y son acuerdos privados entre los equipos y los centros de esquí, una contratación directa para la cual el centro de esquí responde a la necesidad concreta de quien lo contrata. No hay una intervención nuestra de manera directa. Y al no tener nosotros equipos que practiquen esas disciplinas, tampoco se empuja como para que eso exista. El caso puntual del halfpipe te diría que es bastante lejano porque es muy costosa la construcción y el mantenimiento. Y si evalúas lo que han sido las performances de los atletas en los últimos Juegos y en la historia, salvo en los equipos grandes que cuentan con halfpipes permanentes, vas a ver que el número de atletas es muy reducido. En términos estadísticos dentro del freestyle, el Big Air y el Slopestyle han ido creciendo como show. El opening de la Copa del Mundo de Big Air en Chur es un mega evento con una puesta en escena de bandas musicales que hacen al evento, que tienen otra curva de crecimiento.

Uno de los comentarios que hizo Francesca Baruzzi sobre la Federación fue sobre la sensación de que los centros de esquí no toman dimensión de lo que significa tener a los seleccionados nacionales entrenando en sus instalaciones. ¿Sentís que ahí hay algo para reforzar en la comunicación institucional?

Hay muchísimo que podemos hacer. Acá hay un fenómeno cultural que tenemos que tener en cuenta cuando nos comparamos con otras federaciones o con otros centros de esquí del mundo. Nosotros no tenemos en lo cultural el gen del deporte de invierno como lo pueden tener los países de Europa Central o muchos de los países del hemisferio norte. Ya ahí hay un punto importante para tener en cuenta. El universo de gente que accede a los deportes de invierno es muy específico dentro de nuestra sociedad, y más hoy en día, entonces ahí también hay un vínculo particular. El foco de los centros de esquí tiene que ver con el destino turístico y la parte comercial tiene que ver con eso. Son muy pocos los centros de esquí que entienden la parte de eventos deportivos y cómo eso es un universo específico que se puede capitalizar y potenciar. Creo que nuestra responsabilidad desde la Federación tiene que ver con potenciar todo eso, tiene que ver con lograr eventos de mejor calidad, con gestionar bien las marcas. Nosotros empezamos a trabajar en un plan de marketing específico los últimos dos años y, obviamente, la pata que sigue es poder trabajar en conjunto con los centros de esquí porque es por donde pasa todo. Probablemente nosotros podemos desembarcar con un montón de marcas, pero también tenemos que estar alineados con las marcas con las que trabajan los centros de esquí. O viceversa, y entender que la parte comercial de ciertos eventos se trabaja de manera conjunta. Es un gran tema lo que tiene que ver con ciertas disciplinas que las marcas quieren y eligen. Ahí tenemos un largo camino por recorrer y que ya hemos avanzado mucho.

¿Hubo un incremento en la cantidad de marcas que trabajan con la Federación durante tu gestión? Sin contar los dos años de pandemia claro está.

A partir de que tenemos una persona específica trabajando en el plan de marketing empezamos a ver ese movimiento más fuerte, pero hay que salir a buscarlas. Para eso hay que entender quiénes somos, qué queremos y qué necesitamos porque no van a venir a golpearnos la puerta. Y a nivel comercial, a las marcas les interesa un período exacto de la temporada, que siempre tiene que ver con las vacaciones de invierno, que es el momento de mayor afluencia y, por ende, de mayor movimiento de clientes que ellos ya tienen en los centros de esquí. Después, dependiendo de la marca, va cada disciplina. El freestyle es una disciplina que tiene una identidad bastante clara y hay marcas totalmente relacionadas con ella y hay otras que buscan fidelizar o mimar a sus clientes. Pero estoy convencida que hay un trabajo grande que tenemos que hacer nosotros para darle visibilidad. Una gran deuda es esa visibilidad en una sociedad que no tiene totalmente impregnado el concepto de invierno.

¿Cómo se consigue mantener la atención de la gente y de los sponsors durante el resto del año?

Hay un desafío que tenemos que es la comprensión de esta cuestión rara de que somos una Federación con deportes de invierno y de verano. Por ende, estamos en los distintos ciclos olímpicos. La temporada de escalada está en auge ahora mientras estamos empezando la temporada de invierno. Tiene que ver con cómo acompañar el foco y la visibilidad sobre los atletas de las disciplinas y el seguimiento que le hacemos a ellos. Por otro lado, yo siempre digo que nuestros atletas son unos embajadores tremendos de lo que es la marca país de Argentina, donde también hay un trabajo que tenemos que potenciar. Pensá la cantidad de kilómetros que recorren, los centros de esquí que recorren, los países que recorren entre noviembre y abril. Hay un montón de cosas que comunican y representan y, de alguna manera, venden. Ahí tenemos un camino por hacer.

En cuanto a redes y acciones, claramente hay momentos muertos. No hay competencias, pero los atletas no paran. Hay preparaciones físicas, testeos chequeos médicos, entrenamientos en seco. El desafío es la comunicación.

Teniendo en cuenta que esta temporada no hay Mundial ni Juegos Olímpicos de mayores, ¿se mantienen las mismas ambiciones o merma un poco la intensidad?

 La mentalidad se mantiene. Desde el trabajo de planificación y objetivos, en un año como este no tenés un Mundial o un JJOO, pero sí tenés Mundiales Junior.

Ahora se viene Gangwon en menos de 200 días

Tenés los Juegos Olímpicos de la Juventud, tenés el circuito de Copas del Mundo, que en algunos casos es el objetivo, y tenés la posibilidad, en un caso como el de Francesca, que sirve para los regresos post lesión. No tenés una presión tan fuerte de tener que llegar a tal evento y eso te permite volver a tu nivel sin tener el tic tac de una fecha. Siempre hay cuestiones para capitalizar. Es lo raro de este deporte. A diferencia de otros, no todo gira en torno al resultado de una fecha de Copa del Mundo, sino que hay una cuestión progresiva, de eventos donde podés mejorar tus puntos que te permite entrar y sostenerte en el nivel de copas continentales. El circuito de Copa Europa es muy difícil y súper exigente. Tenés temporadas como esta donde lo podés priorizar sin tener entre medio otros eventos que te “interrumpan”.

Diseccionemos las disciplinas. El alpino tiene una situación comunicacional particular. ¿Es tentador aprovechar la figura de Tiziano (Gravier) por lo que su figura extradeportiva puede generar por arrastre?

Sin ninguna duda Tiziano es un embajador que trae oportunidades por su apellido y su familia. En Argentina somos muy exitistas, todos entendemos de todo, todos opinamos de todo y enseguida emitimos un juicio de valor y muchas veces por portar apellido la gente desvaloriza o desmerece. La trayectoria, la actitud y el compromiso de Tiziano como atleta es un ejemplo. No es que es lo que es por ser Gravier-Mazza. Uno debe capitalizar ciertas cuestiones al momento de la comunicación y también hay atletas a los que la generación de contenido les es más fácil que a otros. En algunos casos es una pasión que tienen y lo manejan con mucha soltura. Nosotros deberíamos poder capitalizar esta figura como otras. También tenemos a Mati Schmitt (entrenador de snowboard) que a nivel comunicación, redes y generación de contenido es un profesional. El desafío sigue siendo mejorar nuestra comunicación.

Vamos al cross ya que lo mencionaste a Mati. ¿Te sorprendieron las temporadas de Facundo Pardo y Joaquín Rodríguez?

Fueron una alegría para nosotros ya que hay mucho esfuerzo personal. Nosotros tuvimos muchos años con un equipo de cross bastante representativo y fuerte que tendríamos que volver a construir o acompañar a quienes hoy están comprometidos. Las posibilidades de generar competencias de cross son complejas por la naturaleza de cuántos largan, cómo largan, etc. Para nosotros fue una gran alegría. De hecho, está prevista la participación de ellos ahora en Chile. Es bastante complejo el desarrollo en esa disciplina. También hay un tema con el promedio de edad de la disciplina, que es bastante alta cuando mirás el circuito en general. Abrieron un cupo para Gangwon. La pregunta ahora es si vamos a estar en condiciones de hacer uso de ese cupo porque tenés que tener atletas a la altura de la circunstancia y no serían ellos los representantes. Serían chicos más chicos por las características de los Juegos (sub-18). Son dos atletas con un alto compromiso y con nuestro compromiso de poder acompañarlos de la mejor manera posible.

Mencionaste el promedio de edad. El alpino tiene un promedio de edad bastante bajo, pero, si miramos el resto de las disciplinas, es el seleccionado que mayor experiencia acumula ya que hay mucha juventud en todas las ramas. ¿Es algo positivo o lo ves como algo preocupante?

Tiene una parte positiva y una negativa. Por un lado, positivo porque está bueno que haya chicos con ese compromiso y con esas ganas con los que nos quede un largo camino por construir. Negativo desde el punto de vista de la brecha porque no hay una retroalimentación permanente. La realidad económica de nuestro país es importante y otro factor que no está del todo aceitado es el tema de los estudios y del qué hacer cuando terminás el colegio, principalmente para quienes viven en el interior. Hay una cosa implícita de irte a estudiar cuando terminás el colegio a Buenos Aires, Córdoba o La Plata. Ahí hay una cuestión familiar. Pero no podemos dejar de considerar el costo y el desafío económico de si los padres pueden acompañarlos y cómo es el acompañamiento a nivel nacional.

Ahí se mezclan factores. A veces es la suerte de las camadas. Para construir está buenísimo que sean jóvenes, pero a atletas como Francesca, por ejemplo, se le hace difícil no tener pares, no tener esa tribu que te acompañe en giras que son tan largas y duras.

¿En qué estado está el proyecto de Doble Carrera que se firmó con la Federación del Deporte Universitario Argentino antes de la pandemia?

Con la FeDUA nosotros trabajamos a la par, el problema son las ciudades de residencia y el estudio a distancia. Hemos empujado para tener representantes en los Juegos Universitarios, organizamos charlas para chicos que están terminando el secundario. Sería importante firmar acuerdos con universidades privadas porque entendemos que es donde gran parte de nuestros chicos del interior y de deportes de invierno estudian. Casi todos nuestros atletas están estudiando. Franco Dal Farra es nuestro N°1 de Esquí de Fondo, estudia ingeniería y tiene el mejor promedio de su universidad. Hay mucho ejemplo que tenemos que mostrar en los chicos que vienen atrás.

¿Hay predisposición por parte de las universidades?

En algunos casos sí y en otros no. Depende de las carreras también. Hay carreras que podés llevar mejor a la distancia y la pandemia nos ayudó en eso, pero hay otras que no. Si tu carrera es medicina, podés arrancar con la teoría un tiempo, pero después se te va a complicar.

¿Cuánto afecta a la Federación la inflación, los problemas para tramitar la SIRA y la dificultad para acceder al mercado de cambios?

Es letal. Desde lo que es infraestructura es dificilísimo. Hace mucho tiempo estamos con el desafío de importar un big airbag para poder sostener el entrenamiento en seco y todo lo que hoy te muestran los atletas de elite que mejoraron con eso. Es japonés y ya imagínate los costos de traerlo hasta acá y la logística para poder avanzar con eso. En lo que tiene que ver con los materiales de los chicos, hay que comprar todo afuera. En algunos casos tienen acuerdos con sus sponsors y marcas y reciben el material cuando están haciendo temporada en el hemisferio norte. Y para lo que son las giras, en el esquema que tenemos de apoyo uno valora el acompañamiento y la creación del ENARD, pero cuando gestionás expedientes que te asignan valores en pesos al poco tiempo ese dinero se convierte en la mitad por las consecuencias de la economía y la devaluación. Es un desafío cuando trabajás con un sistema de rendiciones donde vos rendís lo que gastás y tenés que estar viendo el cambio oficial de acá y en el extranjero.

Hay un dato sobre el cuál me gustaría saber tu opinión: ya van tres Juegos Olímpicos de Invierno seguidos en los que Brasil, con su climatología y su geografía, lleva una delegación más numerosa que la nuestra. ¿Cómo explicamos eso?

Hay dos aspectos. Uno, que la mayoría de los atletas de Brasil son atletas con nacionalidad brasilera, pero que no compiten en Brasil. O sea, que sus logros no se basan en sus resultados en el hemisferio sur. En segundo lugar, hay un proyecto en el que ellos trabajaron, principalmente en el Esquí de Fondo, en varios países del hemisferio norte. Por último, no tengo datos concretos para hacer esta afirmación, hay una realidad presupuestaria que arranca desde el Comité Olímpico Brasilero y la estructura de su administración para trabajar de forma federal. Nosotros trabajamos bastante con las federaciones de Brasil y Chile y si vos ves la labor que llevaron adelante con el esquí paralímpico es formidable. A nosotros nos cuesta un poco más.

¿Hay alguna posibilidad de replicar el scouting que hizo la AFA para buscar deportistas en el extranjero con ascendencia argentina que puedan representar al país?

La posibilidad está, pero viviendo en un país con nieve, con los centros de esquí que tenemos y con clubes afiliados que trabajan bastante, nuestro trabajo está apuntado a trabajar con estos chicos que viven en regiones de montaña y que, más allá del resultado, le da valor al camino formativo. Porque al darle importancia a esto también podemos obtener chicos que opten por ser instructores, entrenadores, silleros, pisteros, etc. El compromiso hoy está con los chicos que se forman y hacen todo el camino que se los acompaña en su carrera deportiva. Tratamos de que ellos lleguen lo más alto que puedan sabiendo que siempre nos falta un montón.

¿Cuánto se puede lograr desde tu posición como integrante del Consejo de la FIS?

Lo primero que tenemos que hacer es darle visibilidad a Sudamérica y trabajar por lo que es este destino, por levantar el nivel de las competencias de nuestro circuito, por lograr acuerdos para que haya equipos europeos que vengan a competir acá. Tengo un montón de ítems sobre la formación, cuestiones educativas, trabajar para que Sudamérica levante el nivel de jueces y entrenadores y pelear para tener una fecha de Copa del Mundo en cada una de nuestras disciplinas. Para muchos suena exagerado, pero es totalmente viable. Estamos trabajando fuerte para eso. Pero volvemos a lo del inicio: cómo nos acompañan los centros de esquí, cómo nos acompañan los entes gubernamentales desde Turismo hasta Deportes entendiendo lo que esos eventos representan. Cómo eso puede generar esa visibilidad para que haya una transformación. Hay mucho de vínculos y charlas que se dan para intentar poner en el mapa nuestra región y construir para que crezca y se potencie

Estuviste en los últimos cuatro Juegos de Invierno (dos de mayores y dos de la juventud). ¿Qué tanto se puede trabajar en ese contexto con otros jefes de misión y delegados? ¿Se puede hacer algo de lobby?

Se puede muchísimo y esa es la pata que nos falta. Entender que se tiene que construir en equipo. Esto se potencia y es en beneficio de todos. Después tenés que llevarlo a cada una de las disciplinas que representamos y los centros de esquí con los que cada una está más relacionada. Lo mismo con la infraestructura. Se generan acuerdos en base a experiencias y acercamientos con proveedores, marcas y demás porque es el lugar para hacerlo. Para llevarlo adelante necesitás la pata gubernamental para todo lo que es importaciones, autorizaciones y procedimientos. Después necesitás el espacio físico de los centros de esquí y la inversión privada para cosas como el big airbag. En esas charlas ves cómo los que están en esas posiciones llegaron a donde están, qué hicieron para mejorar. Hay que estar abierto para escuchar y aprender con mucha humildad.

Pensando a futuro, la joya de esta temporada son los Juegos Olímpicos de la Juventud. ¿Con qué expectativas se afrontan?

Las clasificaciones todavía no están cerradas. Nos queda pendiente el Campeonato Mundial de Freestyle Junior en Nueva Zelanda que quedó pendiente de la temporada pasada. Tenemos a Cristóbal Colombo que nos va a representar. Es un chico con una gran proyección.

Estuvo en una final de Copa Europa la temporada pasada

Él podría habilitar el cupo, tendría que terminar entre los 12 primeros. Está ahora entrenando en Innsbruck para aprovechar la previa y ganar tiempo porque acá no hay parques ni condiciones. En los demás podría haber novedades en las depuraciones de las listas, pero yo soy bastante conservadora con eso. Definitivamente para este proceso la pandemia nos jugó una pasada compleja. Si comparamos con el trabajo que hicimos para Lausana, la conjunción de la pandemia y la asignación de recursos jugaron una mala pasada. Los fondistas están bastante claros, no así en alpino que todavía está en proceso clasificatorio. Tenemos un plan específico de previa por las fechas particulares en la que cae así que tendremos una partida a Europa con titulares y suplentes y allí un intensivo para que lleguen bien pero no cansados.

Y si miramos más allá todavía, Cortina está a dos años y medio y hay dos atletas interesantes. Primero está Francesca que va a llegar en el pico de rendimiento y ya dijo que su objetivo es intentar ser la primera esquiadora olímpica en conseguir un diploma. Y, además, hay que ver cómo sigue el desarrollo de Enrique Plantey, que ya tuvo diplomas en los Juegos Paralímpicos y estuvo a nada de estar en el podio de una Copa del Mundo.

No sé si lo decimos así abiertamente, pero se trabaja para esos logros, tanto en el caso de Fran como el de Enrique. Es injusto poner nombres cuando hay varios chicos en el proceso, pero como candidatos hay. Enrique tiene mucho más para dar y es el ejemplo claro del proceso de crecimiento y evolución que conllevan estas disciplinas cuando pensás en los Juegos que él participó. Es justamente esa evolución la que lo lleva hoy a estar en un top 5, con un diploma, con todos nosotros trasnochando porque estuvo ahí nomás del podio olímpico. Entonces la expectativa es bancarlo para que en Cortina esté en el podio, ir evaluando estrategias, que su entrenador vea qué hay que trabajar para mejorar la performance. Yo tengo toda la ilusión y es una motivación personal. Estos cargos tienen un vencimiento, uno asume un compromiso y debe respetar estos espacios y entregar el testimonio cuando se establece. No te voy a negar que tengo como objetivo acompañar a todos ellos y hacer todo lo posible para que tengan una súper performance para hacer historia.