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La ola albiceleste

Desde que comenzaron los Juegos Olímpicos de la Juventud, una marea de argentinos invadió los cuatro parques y demostró que es más local que nunca.

Argentina, un país donde el fútbol es amo y señor de las noticias diarias y cuyo habitante lo necesita tanto como al oxígeno, demostró que también está abierta a la difusión y aceptación del deporte amateur

Gracias a los III Juegos de la Juventud, Buenos Aires se vio empapada de una multiplicidad de deportes nunca antes vistos por el argentino promedio. La gran concurrencia de público internacional, principalmente en los cuatro parques, casi que se vio opacada por el aluvión de hinchas nacionales.

El pase olímpico gratuito superó las expectativas: la enorme cantidad de pedidos -más de 600 mil- quedó demostrada desde el primer día de competencia. Y es más: nadie quiere perderse la fiesta, los box a la entrada de cada Parque están abarrotados de fanáticos que quieren obtener su pase y asistir a cualquier evento para alentar a los chicos argentinos.

Y, tal como se había explicado con anterioridad, el hecho de que estos Juegos fueran gratuitos, dada la capacidad limitada de los escenarios de competencia, haría que el ingreso de público fuera por orden de llegada. En el Parque Olímpico, las colas para ver gimnasia y natación eran de aproximadamente 300 m. De hecho, por el excedente de público y la capacidad de los pabellones, hubo quienes jamás lograron ingresar, o debieron esperar largas horas para poder hacerlo.

El Parque Urbano, con ambientes más reducidos, permitió al público restante poder ver el básquetball 3×3 o escalada deportiva  desde la comodidad del verde césped de Puerto Madero. Mismo caso sucedió en el Parque Verde, donde el estadio de beach volley sobrepasaba la capacidad, mientras que en triatlón también hubo una derrama de argentinos. Los días de patín carrera tuvieron un clima espectacular en el Paseo de la Costa: a puro sol y al lado del río, los espectadores vibraron a la velocidad de los patinadores llenando las tribunas.

El beach handball también atrajo a muchos espectadores y es, junto al futsal, el deporte que mayor público efusivo tiene en el Parque Tecnópolis-Sarmiento. Jornadas a estadio lleno todos los días. Quién lo hubiera imaginado…

Además, los argentinos se hicieron escuchar. No hacía falta ser experto ni saber quién es quién en cada estadio. Con solo escuchar “Argentina”, el público se enfervoriza, se emociona y alienta. Y eso es lo que necesitan los jóvenes atletas, que hoy por hoy están viviendo un sueño. Cabe recordar que para muchos de estos chicos es la primera vez -sino la primera- que compiten ante tanto público. El argentino siempre se destaca a donde va. Y Buenos Aires no fue la excepción.

La Ceremonia Inaugural ya había dado un indicio de lo que serían estos 12 días de competencia. Los 206 países llegaron con sus delegaciones, autoridades y familiares, pero cada vez que un atleta argentino era partícipe en una prueba, el grito ensordecedor de los espectadores demostraba que, de vez en cuando y con una buena organización, el argentino promedio puede alejarse del fútbol por un rato y disfrutar de una amplia gama de deportes.

Foto: Vero Simón para AAD

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