Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó los efectos positivos en la relación entre la actividad física y la vida académica.
Desde la Región Europea de la OMS señalaron que os niños y adolescentes de entre 5 y 17 años dedican exclusivamente un tercio del tiempo escolar a actividades físicas.
«La actividad física es beneficiosa para el desarrollo de habilidades cognitivas, motoras y sociales, así como para una buena salud metabólica y musculoesquelética. También hay un efecto en cadena sobre el rendimiento académico», explicó Stephen Whiting quien es técnico de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles (ENT).
En el 2018, la Organización Mundial de la Salud presentó un «Plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030: Más personas activas para un mundo más sano». Se trata de una herramienta que brinda a los países posibles vías para reducir la inactividad física en adultos y adolescentes en un 15% para 2030.
«El enfoque escolar tradicional ha sido ‘en el interior para aprender, al aire libre para jugar’, pero los sistemas educativos de todo el mundo se están dando cuenta del impacto del aire libre en el aprendizaje», expresó el profesor del British International School en la República Checa, Alex Harrison.
La OMS pudo comprobar que el rendimiento creció cuando se le dedicaba mayor tiempo a la educación física. Esto quiere decir, cuando se dejaba el sedentarismo en las aulas para pasar a una actividad deportiva activa.
El consejo de esta entidad es que los docentes se formen para fomentar la actividad física, crear espacios adecuados, innovar y aliarse con organizaciones comunitarias.
