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Equitación

Con la esperanza a caballo

Argentina sólo tiene una medalla en el deporte: fue en Tokio 1964 gracias a la actuación de Carlos Alberto Moratorio. La equitación argentina se sumerge en una nueva aventura olímpica.

Por Micaela Piserchia
(@micapiserchia)

En un deporte de pura precisión en el que juegan las habilidades propias y también las habilidades de comunicación con el caballo, Argentina se prepara para estar entre los primeros planos internacionales. El deporte es olímpico desde la primera edición de los Juegos Olímpicos Modernos, París 1900, pero se ausentó en Saint Louis 1904, Atenas 1906, y Londres 1908, por lo que recién en Estocolmo 1912 retornó al programa deportivo.

En cuanto a la participación nacional, Argentina tuvo jinetes recién en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, que compitieron en la modalidad de salto por equipos, casualmente la modalidad en la que se competirá en estos Juegos. Dichos Juegos se caracterizaron por la introducción de las mujeres al torneo, dado que históricamente la cita olímpica era pura y exclusivamente para hombres, siguiendo la tradición griega. La posición final del conjunto albiceleste fue 12°.

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Tras 100 años de olimpismo, Argentina sólo alcanzó una presea, la cual llegó desde la mano del –en ese entonces- Capitán del Ejército, Carlos Alberto Moratorio, que ganó la medalla de plata en la prueba de tres días (o concurso completo) en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Es uno de los personajes resonantes del deporte, dado que dos años después se consagró campeón mundial en la misma especialidad.

Desde entonces la equitación argentina estuvo lejos de los podios, aunque se ilusiona con el cuarteto de salto que ganó la plata panamericana en Toronto: Matías Albarracín, Luis Pedro Birabén, Ramiro Quintana y José María Larocca Jr.

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