Por Matías Montoya
(@MatoMontoya)
¿Puede haber algo más estresante para un deportista que perder una valija? Sí, pero también lo peor no es eso, porque a cualquiera le puede pasar, pero si esa valija lleva el equipo de trabajo de ese deportista, es peor.
Esto le pasó a María Belén Pérez Maurice quien, luego de una gira por Europa y antes de viajar a Lima, le perdieron su valija con todo su instrumental de trabajo. La aerolínea que lo hizo fue Air France. La línea de bandera de Francia no sólo que le perdió la valija, sino que tampoco la esgrimista argentina todavía no ha podido recuperar.
Air France también tiene otro antecedente nefasto para un deportista argentino: José Luis Acuña, un taekwondista que logró ser subcampeón del Mundo, también le perdieron la maleta. Fue la única dentro de una nutrida delegación entre profesores, atletas y entrenadores.
Por lo general este tipo de descuidos son recuperables, por el momento no es así. Ahora Pérez Maurice ya se encuentra en Lima para disputar a partir del lunes de las disciplinas de esgrima dentro de los Juegos Panamericanos.
Pero no siempre la culpa es de los aviones, los viajes o de la rutina estresante de esperar o tomar un vuelo. También hay responsabilidades de las federaciones.
Adrede o no, las Confederaciones o las Federaciones tienen ese rebusque de no darle al deportista lo que merece. Esa única razón de querer ser ellos los protagonistas antes que los atletas.
Los representativos del remo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016: Lucía Palermo y Brian Rosso fueron un mes antes de comenzados los Juegos para empezar a hacer la aclimatación ya que las competencias comenzaban en los primeros días. Si bien los botes llegaron, el tiempo perdido en cuanto a la preparación fue un hecho y, si bien estuvieron temprano, los entrenamientos se hicieron más en el gimnasio que en la laguna de competencia.
Mismo en estos Juegos Panamericanos, la delegación de gimnastas llegó con el tiempo acotado y directamente fueron a entrenar en lugar de poder descansar y darle reposo al cuerpo y a la cabeza.
Tantas son las posibilidades de generar buenos recursos en cuanto a logística que, o las federaciones no quieren o hacen caso omiso a los reclamos de los deportistas.
Ni hablar de los lugares de entrenamiento, pero eso es otro capítulo más de la odisea deportiva llamado Deporte Amateur.
